El control aéreo francés considera a España un país beligerante

La guerra en Irak ha provocado un refuerzo de las medidas de seguridad en los aeropuertos de París, según anunció ayer el secretario de Estado de Transportes, Dominique Bussereau, quien anunció "una vigilancia muy fuerte de las compañías aéreas de los países beligerantes o favorables al conflicto": Estados Unidos, Reino Unido y España, además del control que se ejerce sobre los vuelos a Israel y a zonas próximas a Irak.

La compañía Iberia cuenta con una media de 25 vuelos diarios desde Francia a diversos aeropuertos españoles, además de otros servicios de empresas más pequeñas. Un portavoz de Iberia explicó que las medidas han sido reforzadas, pero declinó explicar en qué consisten para que puedan conservar toda su eficacia. Fuentes francesas indicaron que, en el caso de las compañías de países "sensibles", se controla la totalidad de los equipajes facturados y también de los transportados en cabina. Desde el estallido de la guerra, también han sido reforzados los controles de acceso a zonas reservadas de los aeropuertos.

Nuevos contingentes militares se han unido a las patrullas combinadas del Ejército y de la policía, que recorren las zonas aeroportuarias francesas desde el día siguiente al 11 de septiembre de 2001 y que desde ayer vigilan igualmente los municipios colindantes. El Gobierno ha dispuesto un control más sistemático en otros transportes públicos, en especial los trenes de alta velocidad y los barcos, así como análisis más frecuentes de la calidad del agua y de los alimentos. Escuelas y centros de culto de las diversas confesiones religiosas serán vigilados más estrechamente.

Por otra parte, el ministro francés del Interior, Nicolás Sarkozy, explicó ayer que los dos frascos sospechosos descubiertos el lunes en una estación ferroviaria de París contenían etanol, acetona y restos de ricina. Es la primera vez que se comunica en Francia el hallazgo de ricina, "un veneno del que se hablaba en los documentos de Al Qaeda" y con ocasión de una serie de detenciones practicadas en Londres a principios de febrero. Sarkozy reconoció que la cantidad de ricina descubierta no es letal por sí misma y desvinculó ese hallazgo de la guerra en Irak.

Los investigadores, que apuntan más bien a algún grupo de islamistas radicales, creen que los materiales encontrados consisten en precursores para la fabricación de un tóxico de alta potencia y estiman que se ha evitado un posible atentado químico. La ricina figura en una lista de 23 agentes biológicos, químicos y radiactivos susceptibles de ser utilizados por los terroristas.

Una vez expuesto todo ello, las autoridades de París reconocen que no disponen de "elementos precisos" que apunten a Francia como objetivo terrorista.