Barcelona prueba tres autobuses de hidrógeno
El combustible se obtendrá del agua
El próximo septiembre comenzarán a circular por Barcelona tres autobuses de hidrógeno. Las empresa Transportes Metropolitanos de Barcelona los pondrá a prueba dentro de un proyecto piloto de la Unión Europea destinado a evaluar el rendimiento de este nuevo combustible, en el que participan otras nueve ciudades. En el caso de Barcelona, se obtendrá del agua mediante un procedimiento en el que la energía eléctrica necesaria será de placas fotovoltaicas.
La compañía petrolera British Petroleum (BP) firmó hace unos días un acuerdo con TMB para suministrar el hidrógeno y construir la planta de producción y almacenaje de esta energía junto a la actual cochera de autobuses de la Zona Franca de Barcelona.
Los tres nuevos autobuses serán del modelo Citaro, de la compañía alemana Mercedes-Benz, y circularán durante un periodo de prueba de dos años.
El hidrógeno presenta considerables ventajas respecto a los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural). En primer lugar, se trata de una energía limpia que se obtiene del agua y que no genera anhídrido carbónico ni otros residuos contaminantes. El tubo de escape del vehículo sólo emite vapor de agua y aire. Esta energía, además, se considera inagotable, puesto que el hidrógeno es el elemento químico mayoritario en la Tierra, sobre todo formando parte del agua. Además, el motor de los autobuses alimentados por hidrógeno no será de explosión, sino eléctrico, de modo que no producirá ruido ni cambios bruscos al frenar.
"Los vehículos que funcionan con una pila de hidrógeno no emiten ninguna contaminación", asegura el presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AEH), Antonio González García-Conde. El hidrógeno en sí no es una fuente de energía, porque hay que producirlo utilizando otras fuentes que aporten electricidad para extraerlo de compuestos ricos en hidrógeno, como son el agua y los hidrocarburos. "Si se usan fuentes renovables, como la energía solar o la eólica, todo el proceso es limpio", añade González.
La pieza clave en el autobús es la pila de hidrógeno, en la que se produce la reacción por la que se obtiene energía eléctrica. La pila estará situada en la parte superior del vehículo, al igual que unos cilindros de almacenaje de hidrógeno en forma de gas comprimido, lo que aumentará la altura del autobús. Esta característica diferenciará a los prototipos que circularán por Barcelona de los vehículos convencionales, además de la decoración, en la que figurará la inscripción: "Bus d'hidrogen".
Los nuevos vehículos contarán con rampas extraíbles y tendrán una autonomía de entre 200 y 250 kilómetros, es decir, "más de lo que normalmente recorre un autobús de la ciudad en un día", según fuentes de TMB.
"Los autobuses con hidrógeno serán tan seguros para los pasajeros como los que circulan actualmente con diesel o gas natural, y serán mucho más confortables, porque su motor eléctrico no generará ruidos ni las típicas tiradas en las paradas o frenadas, además de la ventaja que el respeto al medio ambiente supone para nuestra calidad de vida", explican fuentes de la marca Mercedes-Benz.
La experiencia del proyecto europeo, en el que también participa Madrid, permitirá observar cómo funcionan los autobuses de hidrógeno en ciudades muy diferentes climática y orográficamente, como Barcelona y Estocolmo. El objetivo de la compañía es observar cómo funciona esta tecnología en situaciones reales y ambientes urbanos, antes de plantearse la posibilidad de una producción en serie.
Aunque en Barcelona todavía no está decidido el trayecto que harán estos autobuses, se apunta la posibilidad de que sea en torno al Fòrum 2004, puesto que su uso responde al principio de sostenibilidad, según TMB. El director de relaciones externas de esta empresa, José Antonio Patiño, asegura que "el objetivo a medio plazo es poder incorporar estos autobuses a la flota de Barcelona, aunque antes hay que observar su funcionamiento durante la prueba piloto, para ir mejorando la tecnología y rebajando el coste".
La colocación de la primera piedra de la planta de almacenaje gestionada por BP, cuyo proyecto todavía se está acabando de definir, está prevista para el próximo mes de abril. El coste total del proyecto, incluyendo los vehículos, su mantenimiento y la estación de la Zona Franca, es de aproximadamente 3,75 millones de euros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.