La amenaza integrista
El integrismo religioso constituye una amenaza muy grave para todo el mundo. Lo es, sin duda, el integrismo islámico, pero lo es también el integrismo de cualquier otra religión. Lo es, por ejemplo, el integrismo judío que impregna en gran medida la política del Gobierno de Ariel Sharon en Israel. Y lo es también, sin duda, el integrismo cristiano que domina en la actualidad la política de Estados Unidos. Para comprobarlo basta y sobra leer Bush en guerra, la estremecedora y muy documentada crónica de Bob Woodward sobre la escalada belicista desatada por George W. Bush después de los brutales atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Pero no sólo en Estados Unidos existe este integrismo cristiano, representado por los "renacidos" o "neocristianos" que, como el propio presidente Bush o Donald Rumsfeld, están empeñados en encabezar nuevas cruzadas bajo el símbolo de la cruz.
Un nuevo integrismo religioso escala posiciones en todo el planeta. En Cataluña también se deja notar
También en España, y en concreto en Cataluña, se advierte desde hace algún tiempo la irrupción de formas nuevas de integrismo religioso, y en concreto de integrismo católico. La creciente implantación e influencia de organizaciones como el Opus Dei, Comunión y Liberación, Legionarios de Cristo Rey y algunos de los denominados "grupos neocatecumenales" es evidente. Hay pruebas más que sobradas de ello especialmente en Madrid, pero las hay también ya en Cataluña. La alianza de la organización católica integrista catalana E-Cristians con la histórica Asociación Católica de Propagandistas -creada antes de la Guerra Civil española por el entonces abogado del Estado Ángel Herrera Oria, ordenado luego sacerdote y convertido más tarde en cardenal, esta asociación nutrió de importantes cargos a la dictadura franquista- ha tenido ya consecuencias claras en Cataluña, desde la celebración en Barcelona, el pasado mes de diciembre, de la Convención de Cristianos por Europa hasta las depuraciones ideológicas realizadas ya en el Centro Universitario Abat Oliba, en la actualidad adscrito aún a la Universidad de Barcelona pero a punto de convertirse tal vez en la cuarta universidad privada de Cataluña bajo el nombre de Universidad Abat Oliba-CEU, cuyo futuro Centro de Estudios de la Realidad Social será dirigido por el máximo dirigente de E-Cristians, Josep Miró i Ardèvol.
Aunque la junta del Consejo Interuniversitario de Cataluña constató que no existe impedimento legal ninguno para autorizar la puesta en marcha de esta nueva universidad privada, auspiciada conjuntamente por la Asociación Católica de Propagandistas y E-Cristians, lo cierto es que por ahora su definitiva aprobación depende tanto del Gobierno de la Generalitat como del Parlament, y sólo el PP parece decidido a darle su apoyo. Está por ver qué decisión tomará el Gobierno de la Generalitat, y con él CiU, pero tanto el PSC-CpC como ERC e ICV ya han manifestado su oposición radical a esta autorización. También está claro que el rector de la Universidad de Barcelona, Joan Tugores, ha abierto una investigación sobre la caza de brujas desatada en el Centro Universitario Abat Oliba, que podría terminar en el cese de la adscripción del citado centro a dicha universidad.
Durante los últimos tiempos se han sucedido los despidos de gran número de antiguos profesores del Abat Oliba, así como de los otros centros dependientes de la Fundación CEU-San Pablo, y todo apunta a que su única motivación es el endurecimiento de la línea ideológica de estos centros universitarios, puesto que los profesores despedidos han sido sustituidos por profesionales ligados en no pocos casos a organizaciones católicas integristas y ultraderechistas, de matriz estrictamente religiosa -Opus Dei, Comu-nión y Liberación, Legionarios de Cristo Rey, E-Cristians ...- o de índole específicamente política -Comunión Tradicionalista Carlista, la falangista Acción Juvenil Española...-. Se trata, sin duda, de la versión española y catalana de este nuevo integrismo cristiano que se está extendiendo por doquier, y de modo muy especial en los centros de poder económico, político y mediático de Estados Unidos.
Este nuevo integrismo cristiano, tan peligroso o más que el integrismo islámico o judío porque dispone aún de muchísimos más medios económicos y materiales, se caracteriza sobre todo en Estados Unidos por estar encabezado por quienes, como el propio George W. Bush, se declaran "cristianos renacidos" -así se definen el 30% de los votantes estadounidenses, la fuerza política más importante de la única superpotencia mundial actual, un poderoso y cada vez más influyente movimiento social, ideológico y electoral-. Aunque con una fuerza social afortunadamente mucho menor, al menos por ahora, también en nuestro país se advierte cada vez más el crecimiento del poder y la influencia de este nuevo integrismo religioso, que de la mano de destacados dirigentes del PP y también de la de algún que otro dirigente de CiU comienza a practicar también aquí su caza de brujas para poder imponer al conjunto de nuestra sociedad su concepción integrista. Esto es lo que han logrado hacer ya los "cristianos renacidos" en Estados Unidos, donde los hermanos Bush, junto con Rumsfeld, Cheney, Wolfowitz, Perle, Krisol, Kagan y un reducido grupo de ideólogos integristas, han comenzado a imponer su ya célebre PNAC, esto es el Project for the New American Century, en el que la guerra de Irak es el prólogo de una larga era de dominación planetaria a cargo de Estados Unidos.
Jordi García-Soler es periodista.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.