Artistas y ONG rinden homenaje en Sevilla a todos los inmigrantes desaparecidos al cruzar el Estrecho

Karim, un marinero de Nador (Marruecos), es uno de los miles de marroquíes que han cruzado el Estrecho en una patera. Ayer relató la incertidumbre de la travesía y el temor a no salir de ella con vida en el Centro Cultural de El Monte, en Sevilla, donde se celebró un acto en memoria de todos aquellos que, a diferencia de él, nunca podrán contarlo.

No hay cifras exactas para enumerar a los desaparecidos en el Estrecho, aunque en 2002 están confirmadas, al menos, las muertes de 152 personas que intentaban llegar a territorio español. Hay, sin embargo, la certeza de que es un número creciente, abonado por cada tentativa de los inmigrantes africanos de cambiar de orilla y que la Asociación Pro de Derechos Humanos de Andalucía no duda en calificar de "genocidio" en su informe sobre lo ocurrido durante 2002.

La organización señala en su documento que la siniestra estadística seguirá aumentando "con la actual política de cierre de fronteras". En memoria de todas esas personas que han fallecido se celebró este acto en Sevilla, organizado por la oficina del Defensor del Pueblo Andaluz, Sevilla Acoge y la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía.

A la cita acudieron representantes del mundo de la cultura, como el cantante Kiko Veneno y la realizadora Pilar Távora, quien lamentó que la televisión está contribuyendo a "insensibilizar demasiado".

El periodista Juan José Téllez, por su parte, reprochó con dureza la política de inmigración del Gobierno, al igual que su colega marroquí Hamida Igdourin, quien censuró que la visión de los gobernantes españoles esté marcada por la seguridad y no por la defensa del derecho a la vida. Después de lamentar los "falsos discursos sobre solidaridad y buena vecindad" entre España y Marruecos, Hamida Igdourin, que pertenece a la Asociación de Derechos Humanos de Marruecos, alertó sobre "la globalización de la xenofobia".

El representante de Sevilla Acoge, Omar El Hartiti, criticó la ley sobre inmigración que prepara el Gobierno marroquí, que prevé "más dura" que la española. El Hartiti indicó que uno de los objetivos del encuentro residía en mostrar la solidaridad con las familias de todos los inmigrantes ahogados en el mar y, por otro lado, concienciar a la gente sobre las víctimas de la inmigración. "Nosotros nos movemos por emociones y conciencia, mientras que nuestros gobernantes se mueven exclusivamente por interés", lamentó el adjunto al Defensor del Pueblo Andaluz, Sebastián de la Obra.