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AL BORDE DE LA GUERRA | Preparativos de EE UU

EE UU eleva el nivel de alerta ante posibles atentados terroristas

Bush revisa los planes de guerra y Powell afirma que 30 países apoyan a Washington

Enric González

El Gobierno de Estados Unidos elevó el nivel de alerta ante posibles atentados, resaltó que no había quedado internacionalmente aislado y dio los toques finales al dispositivo militar, mientras dejaba pasar las horas hasta el vencimiento del ultimátum, previsto para esta noche. Las vísperas de la guerra crearon una calma extraña después de varias semanas de intensa actividad política y diplomática. Incluso las protestas populares se acallaron.

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En cierta forma, todo el país contenía la respiración, a la espera del ataque contra Irak y unas represalias terroristas que se consideran "prácticamente inevitables". El secretario de Seguridad Interior, Tom Ridge, anunció la puesta en práctica de un plan antiterrorista llamado Operación Escudo de la Libertad que apenas contenía elementos nuevos. Los controles aleatorios de automóviles en las cercanías de aeropuertos, el reforzamiento de la vigilancia en fronteras y centros de comunicaciones y el despliegue de patrullas militares en instalaciones químicas y nucleares ya se habían puesto en práctica anteriormente. Ridge reconoció que no disponía de informaciones específicas sobre la preparación de atentados en territorio estadounidense, pero subió de todas formas el nivel de alerta en el código de colores, desde el amarillo, "elevado", al naranja, "alto". Fue un gesto más simbólico que otra cosa, dirigido a reforzar el mensaje político de que Sadam Husein constituía, por razones más o menos creíbles, un peligro real e inminente para el país.

Ridge anunció también que la policía intentaría interrogar a los 50.000 iraquíes residentes en EE UU, de los que menos de 15.000 habían sido localizados, y dio a conocer una norma según la cual cualquier iraquí que solicite refugio o asilo político será detenido preventivamente hasta que se verifique su identidad.

Los preparativos antiterroristas tuvieron que ser suspendidos o reducidos en Washington, la capital, a causa de un agricultor de Carolina del Norte llamado Dwight Watson. El hombre, de 50 años, metió su tractor en un estanque cercano a la Casa Blanca y se atrincheró en él, desplegando varias banderas de apoyo a la guerra y al tabaco. La policía decidió acordonar una amplia zona alrededor de Watson y su tractor, provocando un colapso circulatorio de más de 24 horas.

Sí había indicios de posibles atentados contra intereses de Estados Unidos en el extranjero. Los especialistas en seguridad del Departamento de Estado hicieron referencia ayer a que eran "prácticamente inevitables" los ataques terroristas contra soldados o civiles en Oriente Próximo y había que contar con ellos en los próximos días. Precisaron que se trataría, en cualquier caso, de atentados de "baja intensidad".

El portavoz presidencial, Ari Fleischer, insistió en que George W. Bush había concedido un plazo de 48 horas a Sadam Husein, y que éste se mantendría pese al rechazo del ultimátum por parte de Irak. "Aún mantenemos la esperanza de que Sadam recapacite", declaró. Fleischer no quiso precisar si el ataque comenzaría hoy mismo por la noche, en cuanto expiraran los dos días. "El presidente dijo que la guerra comenzaría en el momento en que nosotros eligiéramos, y no se puede añadir nada más", comentó.

Mientras Bush permanecía encerrado en la Casa Blanca, "revisando los planes de guerra", según su portavoz, Colin Powell intentaba limitar el daño del fracaso diplomático previo al conflicto y exhibía una lista con los 30 países que apoyaban a EE UU y consideraban necesaria la invasión de Irak. Entre los 30 figuraban sólo dos países africanos, Eritrea y Etiopía, y tres hispanoamericanos, El Salvador, Nicaragua y Colombia. Ninguna de las potencias de ambos continentes quiso integrarse en la lista de Powell, encabezada por Afganistán y Albania. La Unión Europea aportaba cuatro países: España, Italia, Holanda y Dinamarca. Japón también estaba, pero con la matización de que su apoyo sólo podría considerarse efectivo una vez hubiera terminado la guerra e hiciera falta invertir en la reconstrucción de Irak.

En la lista publicada ayer no constaban ni Israel ni ningún país árabe. Colin Powell precisó que existía una segunda lista "secreta" de 15 países, formada por aquellas naciones que por diversos motivos querían evitar que se hiciera público su respaldo.

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