Dormir en el suelo
Cuando la Diputación de Vizcaya decidió el mes pasado aparcar la búsqueda de un nuevo centro para acoger menores inmigrantes por innecesario, en Zabaloetxe dormían tres menores en una habitación. Dos de ellos, sobre el suelo de baldosa, con una manta como colchón. La propia institución foral reconoce que en ocasiones se da esta circunstancia, si bien asegura que los menores descansan sobre colchonetas.
La situación no es nueva. En 2001, al parecer, llegaron a dormir hasta seis personas en una habitación. La residencia dispone de 54 camas aunque 36 están ocupadas de manera fija por los menores establecidos en el centro, por lo que sólo quedan 16 para los itinerantes. Según la Diputación, en este centro viven una centena de menores, a cuyo cargo hay unos 20 educadores.
"Las instalaciones recuerdan a los hospicios de la posguerra. Faltan instalaciones y personal. Así no se puede hacer ningún trabajo educativo, y es fácil que estalle la bomba". Zabaloetxe acoge también a menores nacionales. La falta de un centro de menores en Euskadi para el cumplimiento de condenas judiciales obliga a ingresar a algunos en esta residencia, lo que complica la situación. "Este es un centro de protección, no de cumplimiento de penas", incide el personal del centro, que recuerda que se han dado varios casos de agresiones de arma blanca contra los propios monitores.
En Zabaloetxe están preocupados al comprobar que muchos menores están abandonando centros de acogida de España porque están repatriando a menores en virtud del acuerdo alcanzado recientemente entre España y Marruecos sobre inmigración.
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