Declive de un modelo de nueva economía

En marzo del año 2000, el globo hizo pum. Se acabaron 10 años continuados de subida bursátil constante, el periodo más largo de la historia económica de Estados Unidos. Los economistas tradicionales se tiraban de los pelos: ¿Cómo podía valer en Bolsa más Yahoo! que Walt Disney? ¿Y AOL, más que el imperio Time Warner? ¿Y Cisco más que Coca-Cola? Bill Gates advirtió de que no podía ser eso; incluso tirando piedras contra su tejado, la acción de Microsoft estaba sobrevalorada.

Esa época, por ejemplo, permitió que AOL comprara Time Warner, o que Cisco adquiriera un centenar de compañías. Pero a partir de marzo de 2000, lo que se identificó como Nueva Economía, que englobaba a las empresas en Internet y a las tecnológicas, arrastró a la vieja economía hacia el pozo, al igual que antes la había encumbrado.

Dos años después, lo que valía en Bolsa 100 sólo costaba 11 (Amazon), y lo que costaba 240 ya sólo valía 17 (Yahoo!). Y éstas tienen suerte para contarlo. Desde marzo del fatídico 2000 han muerto 900 puntocom en Estados Unidos, según Webmergers.

"El 95% de las empresas latinas en red, morirán", anunció la consultora Gartner Group en julio de 2000. Y acertó, aunque, probablemente, se quedó corta.

En los últimos cinco años se levantaron 12.000 empresas tecnológicas en Silicon Valley, según Thomas Weisel Partners. De ellas, sólo 2.000 siguen en pie, en distintas formas, como absorciones. Es decir, que las empresas de capital riesgo que pusieron su dinero en esas 10.000 start-ups, lo han perdido. Y las sociedades de capital riesgo habían inyectado nada menos que 20.000 millones de euros en el sector. Con la crisis, el paro en Silicon Valley sube al 7%, lo que no ocurría desde 1983.

Pocas excepciones

Del desbarajuste total, se salvaron las que tenían un modelo de negocio claro como Amazon.com o Yahoo!, que ha tenido que reconvertir varios de sus servicios de gratis a pago, y las subastas de eBay, que prácticamente dio beneficios desde el primer año. La nueva economía ha dejado, pese a todo, herencias imborrables. "En cinco años no habrá empresa que no utilice Internet", dijo John Chambers, director general de Cisco, en declaraciones a Ciberp@ís en 1998. Y así es. Ya no hay empresa que pueda prescindir de esta herramienta de trabajo si quiere competir en el mercado. Mandar un correo electrónico al proveedor de turno es cuestión de minutos; y, además, mucho más barato que el teléfono o el correo postal. Así de sencillo.