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Frío contra el cáncer de próstata

La criocirugía es una técnica poco invasiva y eficaz en los tumores localmente avanzados

Abrir el abdomen y acceder mediante cirugía abierta a la próstata es el método quirúrgico habitual para extirpar el tumor maligno de esta glándula sexual masculina, que representa el cáncer urológico más frecuente en el varón y la segunda causa de muerte por enfermedad oncológica, tras la neoplasia de pulmón. Se procede así a una prostatectomía radical, que supone la extracción de toda la glándula. Sin embargo, cuando el tumor está localmente avanzado y las células cancerosas se extienden fuera de la próstata está mucho más indicado el tratamiento crioquirúrgico, mínimamente invasivo y con una tasa menor de efectos secundarios (incontinencia urinaria e impotencia).

La criocirugía para el cáncer de próstata localmente avanzado es un método relativamente nuevo, que se está desarrollando desde los noventa en pocos hospitales del mundo. Se trata de una técnica apenas cruenta y que reduce a un solo día la semana de estancia hospitalaria que requiere la operación convencional. Sin embargo, exige una alta inversión inicial en el equipo técnico y en la cualificación del personal facultativo. Por el momento, son pocos los hospitales españoles que ofrecen esta operación.

La cirugía extirpa la glándula, pero en el 30% de los casos queda tumor residual
Las criosondas forman una bola de nieve que se expande a menos 185 grados

El urólogo italiano Franco Lugnani, vicepresidente de la Sociedad Internacional de Criocirugía, está viajando en las últimas semanas con cierta regularidad a Madrid para enseñar el sistema crioquirúrgico a equipos de cirujanos españoles. Lugnani forma parte del comité de expertos del recién creado Instituto de Cirugía Urológica Avanzada (ICUA), una institución médica abierta, ubicada en Madrid, que pretende ofrecer, mediante acciones docentes y clínicas, las técnicas diagnósticas y terapéuticas más modernas en la especialidad de la mano de los expertos nacionales y extranjeros de mayor experiencia. El ICUA, presentado en febrero en la Real Academia de Medicina, tiene previsto emprender conversaciones con el Sistema Nacional de Salud para extender sus servicios a la sanidad pública española.

"Mientras que la cirugía abierta convencional", explica el urólogo italiano, "extirpa toda la glándula, pero existe un riesgo del 30% de tumor residual, y la radioterapia mata ciertas células cancerosas, pero no otras radiorresistentes, la criocirugía destruye por igual todas las células malignas al congelar tanto el tejido prostático como el que circunda a la próstata. La criocirugía es una opción fiable y eficaz cuando está correctamente indicada, que está revolucionando el manejo de la neoplasia maligna de próstata".

Entre las principales ventajas este especialista cita su menor agresividad ("el paciente sólo pernocta un día en el hospital") y también son menores las complicaciones como la incontinencia ("un riesgo muy frecuente en la cirugía abierta") y la impotencia ("se está cuidando y estudiando mucho la criopreservación de los nervios implicados en la potencia sexual").

Los urólogos españoles Fernando Gómez Sancha y Juan Ruiz de Burgos Moreno, codirectores del ICUA y discípulos de Lugnani, afirman que la criocirugía se basa en alta tecnología y en procedimientos apenas cruentos: "La experiencia clínica y la literatura científica están demostrando que el 96% de los pacientes sometidos a esta operación volverían a elegirla".

Según Gómez Sancha, mediante este procedimiento se accede a la próstata por vía percutánea transperineal.

"De forma muy sucinta", cuenta, "la técnica consiste en la introducción en la región situada debajo de la bolsa escrotal que contiene los testículos de unas agujas finas con sensores de temperatura y otras agujas especiales, las criosondas, por las que circulan a alta presión los gases argón para enfriar y helio para calentar. Gracias a los principios físicos de Joule y Thompson, las criosondas llegan a formar una bola de nieve, que se expande a menos 185 grados centígrados. Todo el proceso se va visualizando mediante control ecográfico por vía transrectal".

A juicio de Ruiz de Burgos, se trata de una tecnología de vanguardia que, como sucede con otras tantas técnicas médicas, al principio resulta cara por la gran inversión que exige en aparataje y medios técnicos, puesto que el material aplicado es de un solo uso, y el entrenamiento que requiere por parte del personal sanitario.

"No obstante", explica, "la experiencia acumulada está demostrando que al cabo de cinco años de practicar criocirugía en un mínimo de 60 pacientes se consigue un ahorro efectivo de 700.000 euros, puesto que la estancia hospitalaria y todos los gastos por este concepto se reducen notablemente. Un hecho irrefutable además es que el impacto psicológico o emocional en el paciente es mucho menos traumático con este sistema que con la cirugía abierta".

Franco Luniani y Fernando Gómez Sancha operan un cáncer de próstata con criocirugía.
Franco Luniani y Fernando Gómez Sancha operan un cáncer de próstata con criocirugía.BERNARDO PÉREZ

Un 10% de varones afectados

Según datos de la Asociación Española de Urología, un millón y medio de varones españoles entre 50 y 75 años llegarán a desarrollar un cáncer de próstata. Se calcula que el 10% de la población masculina adulta de los países occidentales sufrirá este tumor y el 30% de ese grupo morirá a causa de él. No obstante, como el tumor prostático es de lenta evolución, muchos varones con cáncer de próstata fallecerán antes por otras causas.

Al tratarse de una neoplasia que generalmente no presenta sintomatología (mucho menos que la hiperplasia benigna de próstata o tumor no canceroso), los expertos aconsejan una visita anual al urólogo a partir de los 50 años de edad.

Según Franco Lugnani, existen muchas reservas entre los hombres para realizarse chequeos de la próstata. "Sin embargo", añade, "al igual que las mujeres suelen respetar sus revisiones ginecológicas, los hombres deberían acudir al urólogo o andrólogo para someterse anualmente a una exploración una vez que hayan cumplido los 50 años. Si hay antecedentes familiares en padres y hermanos el riesgo se triplica y en estos casos conviene iniciar las revisiones anuales a partir de los 40 años. Igualmente, cuanto más temprana sea la edad de aparición de este tumor en familiares, mayor es el riesgo".

Se ha comprobado que entre un 10% y un 15% de los cánceres de próstata se producen por herencia genética. Cuando el tumor aparece en un hombre menor de 60 años o cuando hay más de cinco miembros afectados en una misma familia, se sospecha que su origen es hereditario y que están involucrados el gen HPC-1 y otros.

Los problemas de la próstata son tan comunes en el varón adulto que representan la mitad de las consultas de la población masculina en atención primaria. De ese porcentaje,

el 75% sufre una hiperplasia benigna, aproximadamente un 15% padece cáncer y el resto consulta por prostatitis.

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