Luque salva al Recreativo
El duelo entre colistas concluye con un triste empate tras fallar un penalti el Espanyol
El empate sin goles esulta insuficiente para el Recreativo y el Espanyol: los dos siguen con este resultado en los puestos de descenso. El marcador fue especialmente negativo para el Recre, que se ha convertido en un grande en la Copa y, sin embargo, en la Liga no logra superar su amarga condición de colista.
El partido se inició para los locales marcado por la euforia de la gesta del pasado miércoles, en El Sadar, que ha colocado al Decano en la final de Copa. Y la media hora final fue decididamente vibrante, cuando los dos equipos rompieron lo académico, se olvidaron de la pizarra y, tan desordenados como enloquecidos, buscaron el gol, para lo que dieron sobradas muestras de estar negados.
RECREATIVO 0 - ESPANYOL 0
Recreativo: Luque; Merino, Loren, Iker Begoña, Pernía; Javi García (Quique Romero, m. 54), Viqueira (Cubillo, m. 71), Diego Camacho, Benítez (Óscar Arpón, m. 81); Xisco y Raúl Molina.
Espanyol: Toni; David García, Lopo, Soldevilla, Torricelli; Oscar (Boghossian, m. 74), Roger, Maxi (Arteaga, m. 80), De la Peña (Milosevic, m. 57), Domaroud; y Tamudo.
Árbitro: Rubinos Pérez. Amonestó a Viqueira, Diego Camacho y Lucas Alcaraz.
19.000 espectadores en el Nuevo Colombino.
Pero el partido tuvo un protagonista, que consiguió un nivel futbolístico muy superior al del resto de jugadores: José Antonio Luque, el portero del Recreativo. Luque detuvo en el minuto 56 un penalti lanzado por Tamudo, pero ese acierto no fue, ni mucho menos, el mayor de este veterano. Una jornada más, Luque demostró una inusual capacidad de salir ganador en el uno contra uno, lo que resultó especialmente importante para su equipo en un partido como el de ayer, en el que los delanteros del Espanyol ganaron varias veces la espalda a los defensas recreativistas. Casi al final, Luque se llevó el balón en un mano a mano con Milosevic, que pudo decidir.
El encuentro, en líneas generales, respondió casi en su totalidad a lo antiacadémico, a normas no escritas en el lenguaje del fútbol. Pero no era juego de vanguardia, de invención, el que se practicó en el Nuevo Colombino, sino un fútbol desafortunado, con una garra desmedida que no tuvo traducción.
Los dos equipos buscaron denodadamente el triunfo a pelotazos, buscando el cabezazo propicio en los balones que caían del cielo. En medio de este lenguaje, futbolistas de técnica, como Iván de la Peña, prefirieron recordar tiempos mejores y se evadieron psicológicamente. Milosevic sustituyó a De la Peña en el minuto 57 y los visitantes ganaron abiertamente en fútbol ofensivo. Al final, unos y otros, con cara triste, se retiraron al vestuario. El empate sirve de poco a ambos y el reloj de la Liga avanza.
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