Los europeos se miran en Leonardo y Churchill
Un sondeo realizado en seis países, entre ellos España, da cuenta de cuáles son las personalidades que mejor representan la identidad del Viejo Continente
"Si pudiese conversar una hora con un personaje célebre que represente su idea de la identidad europea, ¿a quién escogería?". A esta pregunta han contestado 6.000 ciudadanos de España, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y Polonia, en un sondeo que pretende identificar a los grandes personajes de la historia de Europa. Leonardo da Vinci (con el 25% de los votos) ha sido el elegido antes del siglo XIX, y Winston Churchill (22%) el preferido del XIX y XX. El trabajo se presenta como un termómetro del sentimiento europeo en un momento en el que la ampliación ha abierto grandes interrogantes sobre el futuro de la UE, por la brecha abierta entre Francia y Alemania con el Reino Unido, España e Italia.
"Con el análisis, la comparación de los panteones nacionales y la perspectiva de la construcción de una memoria común", explican los organizadores, "intentamos descubrir y fomentar un sentimiento que se exprese en la fórmula 'soy europeo', que vaya más allá de su identificación nacional".
Los encuestados han elegido, entre dos listas de 28 nombres, los personajes anteriores y posteriores al siglo XIX, y también han contestado a una pregunta abierta sin ofrecer nombres. En este caso, los europeos han optado mayoritariamente por personajes contemporáneos vivos, y el más votado ha sido el ministro de Exteriores alemán, Joschka Fischer (9%). El primer análisis de los resultados, efectuado por los historiadores franceses Philippe Joutard y Jean Lecuir, no es muy alentador para los europeístas: "Los 18 primeros nombres más votados nos hacen pensar en una identidad europea aún incierta, constituida por votos nacionales que, más que confluir, cohabitan".
El caso de España en este apartado ilustra perfectamente esta tendencia. Así, según el 20% de los encuestados españoles, el presidente del Gobierno, José María Aznar, es quien mejor representa su idea de Europa (en la clasificación general ocupa el puesto 12.º). Le siguen el jefe de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero (7%), y el ex presidente Felipe González (4%). Los primeros extranjeros que asoman en la lista, con un 2% de los votos, son el papa Juan Pablo II y el primer ministro británico, Tony Blair.
A la vista de estos resultados, la idea de una identidad europea queda maltrecha, huérfana de referencias históricas comunes que le permitan afirmarse. En una segunda parte, el entrevistado debía elegir entre un listado cerrado de personalidades europeas de antes del siglo XIX y otro de hombres y mujeres del XIX y el XX. Aquí hay un giro.
Picasso y Charlot
Aunque persiste la tendencia de los encuestados a votar a personajes de su misma nacionalidad, la influencia de este factor se reduce significativamente. Los entrevistados empiezan a coincidir en sus elecciones olvidando las fronteras. Por ejemplo, los británicos se decantan por la científica Marie Curie antes que por la reina Victoria, y sitúan a Napoleón o Picasso a la misma altura que el creador de Charlot, Charles Chaplin. En las preferencias de los alemanes se hace un hueco al general De Gaulle, por delante del propio escritor germano Goethe. En Francia, eligen como personaje de la historia moderna al descubridor de América, Cristóbal Colón, por delante del escritor francés Voltaire.
Con un 25% de los votos, Leonardo da Vinci es el europeo por excelencia anterior al siglo XIX, y lo es más aún tras comprobar que recibe un apoyo superior al 10% en los seis países en los que se ha desarrollado la encuesta. Lo mismo le ocurre a Cristóbal Colón, segundo en esta clasificación, con un 21% de los votos. Incluso el voto del reformador protestante Martín Lutero está repartido. Sólo en la católica Polonia recibe menos del 10% de los votos. Carlomagno, Shakespeare, Francisco de Asís, Newton, Voltaire, Gutenberg y Copérnico completan los 10 primeros. Los europeos, por tanto, encumbran a tres hombres del Renacimiento, portadores de una nueva visión del mundo. Joutard y Lecuir concluyen que los ciudadanos relacionan su identidad común con el "rechazo al viejo mundo".
El estadista británico Winston Churchill (22%) y el fundador de la V República francesa, general De Gaulle, símbolos de la resistencia al nazismo en la Segunda Guerra, encabezan, por este orden, la lista de los europeos de los siglos XIX y XX. Tampoco en este resultado el factor nacionalidad ha sido significativo. Les acompaña al frente de la lista la polaca Marie Curie. El caso de la premio Nobel, casada con un científico francés, merece apartado propio, ya que es la única mujer que consigue, con un 19%, un puesto destacado. La letra pequeña de los resultados revela, sin embargo, que entre los encuestados ha habido un amplio porcentaje de voto femenino.
A Karl Marx no le harían gracia sus votaciones. Muy popular en la antigua República Democrática Alemana (26%) y muy poco entre los obreros polacos (2%), el padre del socialismo recibe la mayor parte de su apoyo de encuestados con estudios superiores (14%), mientras que, con un raquítico 5% de votos, los proletarios de Europa se unen, aunque para ignorarle.
El análisis de los votos a Leonardo da Vinci y Cristóbal Colón en relación al nivel de formación académica de los encuestados muestra cómo el marino, nacido en Génova, atrae a las personas cultivadas y socialmente mejor situadas, y que son las clases populares las que rematan la buena posición del que fue descubridor de un continente al servicio de la Corona de Castilla. Para Joutard y Lecuir, éstos y otros ejemplos demuestran que "existen comportamientos memorísticos comunes europeos que aglutinan, más allá de las fronteras, a las personas de un parecido nivel cultural y social".
Pablo Picasso, en el séptimo puesto de la lista contemporánea, y Miguel de Cervantes, en el duodécimo de los anteriores al XIX, son los españoles mejor situados.
Los resultados del sondeo se debatirán mañana, jueves, en un coloquio en la sede de la Unesco de París, entre personalidades de la política y la academia. La iniciativa está organizada por la asociación Europartenaires, la Fundación Friedrich Ebert y la Fundación Jean Jaurés, con la colaboración de EL PAÍS, Le Monde, La Stampa, Frankfurter Rundschau y la cadena de televisión Arte.
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