Alemania no levanta cabeza

La economía de Alemania se estancó en el cuarto trimestre, lo que aumenta la presión sobre el Banco Central Europeo (BCE) para que baje las tasas de interés como incentivo a la actividad en Europa. La primera economía de la zona euro creció un 0,2% en el conjunto del ejercicio 2002, su peor progresión desde la recesión del año 1993. Las cifras del cuarto trimestre, sin embargo, han resultado menos malas que las que barajaban los analistas.

La primera economía de la zona euro creció un 0,2% en el conjunto del ejercicio 2002, su peor progresión desde la recesión del año 1993

Tan sólo el déficit público ha evolucionado a mejor, pero sigue superando ampliamente el límite del 3% del PIB del Pacto de Estabilidad

El producto interior bruto (PIB) de Alemania se mantuvo en el último trimestre del pasado ejercicio sin cambio alguno respecto al trimestre anterior, en que subió un 0,3%, según los datos hechos públicos esta semana por la Oficina Nacional de Estadística de Wiesbaden.

"Estas cifras respaldan la necesidad de un recorte de los tipos de interés en Europa", asegura Luigi Buttigilione, director de Barclays Capital en Londres y ex economista del banco central italiano. Buttigilione pronostica que la reducción de tipos va a producirse este mismo mes.

La apreciación de un 24% del euro frente al dólar estadounidense en los últimos 12 meses está restando atractivo a los productos financieros europeos y está provocando despidos masivos en grandes corporaciones europeas, como la alemana Siemens AG, con el consiguiente deterioro de la confianza de los consumidores. El presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, ya ha reconocido en público su disposición a rebajar las tasas de interés para estimular el crecimiento.

La situación no es mejor en países europeos no integrados en el área euro. El ritmo de expansión también está siendo menor en el Reino Unido, donde el banco central bajó su tasa de interés de referencia el pasado mes de febrero a un nivel, 3,75%, desconocido desde hace de 48 años. Su PIB creció un 0,4% en el último trimestre de 2002, tras crecer un 0,9% en el trimestre precedente, segun admitieron fuentes del Gobierno esta semana. "Hay un sentimiento general de que la economía británica se está quedando sin fuerza", confesó, tras conocer estos datos, Allan Allkins, presidente ejecutivo de la cadena Beale Plc.

Pero la situación alemana es peor. Su economía, la más grande de Europa, apenas se ha expandido desde la recesión que sufrió en la segunda mitad de 2001. El gasto del consumidor creció un 0,1% en el cuarto trimestre, tres décimas menos que en el tercer trimestre, y las exportaciones aumentaron 0,3%, cuando habían registrado tasas de incremento del 2,9% en el periodo julio-septiembre. Las importaciones, sin embargo, registraron un incremento del 1,9% en los tres últimos meses del pasado ejercicio.

Tan sólo el déficit público ha evolucionado a mejor en Alemania, aunque muy tímidamente, al caer del 3,7% al 3,6% del PIB en el último trimestre. No obstante, Alemania sigue superando ampliamente el límite del 3% del PIB fijado por el Pacto Europeo de Estabilidad y Crecimiento.

"El estancamiento seguirá", pronostica Hans-Joerg Naumer, economista de Deutscher Investment Trust en Francfort, un grupo que administra unos 45.000 millones de euros. "Las exportaciones van a comportarse peor que el año pasado y la demanda interna será el punto débil de la economía alemana en 2003".