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Las víctimas de Ardystil adquirieron la fibrosis por inhalación de gases tóxicos

Los forenses que practicaron la autopsia a tres de las seis víctimas del síndrome Ardystil declararon ayer ante el tribunal que la causa de la muerte fue una fibrosis pulmonar contraída por inhalación de gases tócxicos. Los operarios fallecidos eran empleados de fábricas de aerografía textil de la comarca de L'Alcoià. El síndrome, dectectado a principios de los noventa, afectó a un centenar más de operarios, ninguno de los cuales está clínicamente curado once años después.

Los peritos que ayer comparecieron ante el tribunal, la sección tercera de la Audiencia de Alicante, practicaron las autopsias de Yovana González, Milagros Lucas y Josefa Parra, las tres empleadas de la industria Ardystil, fábrica que dio nombre al síndrome. En ese centro de trabajo fallecieron otras dos empleadas más.

La forense que examinó el cádaver de Yovana señaló que la operaria murió "por insuficiencia respiratoria aguda" derivada de una fibrosis pulmonar y una bronquitis obliterante con neumonía organizada, "afección producida muy probablemente por la exposición a gases tóxicos", puntualizó. La forense subrayó que la víctima "presentaba una fibrosis pulmonar consolidada, además de un daño alveolar difuso". "Los pulmones estaban rígidos, lo que lleva a pensar a una exposición a productos tóxicos inhalables", explicó.

Los otros dos forenses ratificaron la declaración de su colega tanto a la hora de explicar el cuadro clínico de las víctimas, igualmente fibrosis pulmonar, como la causa de la patología, es decir, posible inhalación de gases tóxicos. Los peritos también coincidieron a la hora de descartar otras causas, como por ejemplo el tabaquismo, como origen de las patologías. "Una fibrosis por tabaco es absolutamente diferente a la producida por una inhalación de gases tóxicos. Es tan fácil como distinguir a una persona rubia de una morena", precisó uno de los forenses.

El juicio del denominado caso Ardystil se reanuda el próximo martes con la comparencia de los últimos peritos, en este caso médicos forenses y especialistas en neumología del hospital General de Alicante y el doctor Alfonso Cabeza, especialista en medicina del trabajo. A la jornada siguiente, comenzará la prueba testifical. Entre los primeros citados a declarar se encuentra Rafael Casal, promotor del sistema de aerografía textil en la comarca de L'Alcoià a finales de los ochenta.

El grueso de los testigos lo integran ex operarios de las ocho fábricas en las que se produjeron afectados. Entre éstos, se encuetra la joven Susana Javaloyes, empleada de Ardystil, que logró sobrevivir merced a un trasplante bipulmonar.

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