Bajo mínimos profesionales
Esta, torpe hasta lo indecible, peliculilla estadounidense bajo mínimos profesionales, es probable que se haya colado en las pantallas españolas por una grieta del sistema de lotes, forma infalible de ventas de sus películas al extranjero con que el cine de Estados Unidos coloca en todo el mundo la práctica totalidad de su producción, al vincular la venta de sus rentables grandes espectáculos (que todos queremos ver) con ventas bajo cuerda de lotes de películas de relleno (que nadie quiere ver) y que hay que comprar si se quiere adquirir aquélla.
No es Más perros que huesos una película mala. Es pésima, abrumadoramente mala, situada dentro de las fronteras de la absoluta incompetencia. Y sin embargo esta cosa está aquí, ha saltado un océano, y está ocupando una pantalla e impidiendo que se estrene en su lugar alguna de las incontables buenas películas que se hacen en el mundo y que nunca llegan a los cines españoles por falta de pantallas, ya que todas o casi todas están copadas de antemano por todas las -un puñado de buenas, y muchos puñados de malas y, como ésta, de malísimas- películas que se hacen en Hollywood y alrededores.
MÁS PERROS QUE HUESOS
Dirección y guión: Michael Browning. Intérpretes: Joe Mantegna, Peter Coyote, Mercedes Ruehl, Debi Mazar, Woophi Goldberg, Louise Fletcher, Paul Hipp. Género: comedia. Estados Unidos, 2002. Duración: 103 minutos.
Fui a ver este engendro anticinematográfico en una sala madrileña, el lunes pasado a las ocho de la tarde. Éramos tres espectadores perdidos en una magnífica sala de unas 300 butacas, llenas de vacío y de absurdo.
Babelia
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