Un informe europeo sitúa a España en la cola del gasto público en I+D
La empresa invierte poco, pero el Estado también
La escasez de la inversión española en investigación no podrá paliarse sólo -ni siquiera principalmente- con un mayor esfuerzo de las empresas privadas, como viene sosteniendo la postura oficial. Un informe de la Organización Europea de Biología Molecular (EMBO) revela que el retraso español no es sólo imputable a la falta de inversión de la industria en investigación y desarrollo (I+D), sino sobre todo a la pequeñez del gasto público en ese mismo concepto, que sitúa a España en el penúltimo lugar de la UE, sólo delante de Irlanda.
El objetivo que se ha fijado la UE para 2010 es que todos los países miembros dediquen a I+D el 3% de su producto interior bruto (PIB), un porcentaje comparable al que exhiben sus dos principales competidores, Estados Unidos (2,70%) y Japón (2,98%). El promedio de la UE (1,9%) está aún lejos de esa marca, y España se sitúa mucho peor que el promedio (0,97%). Todo esto es bien conocido.
Pero el Gobierno sostiene que la responsabilidad de aumentar esas cifras recae sobre todo en las empresas. Ayer mismo, el ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué, insistió en esa línea al declarar que "el esfuerzo que el mundo empresarial español hace en I+D está por debajo de donde debería estar, no sólo en términos absolutos, sino en términos relativos". Piqué añadió: "Tenemos que ser capaces de movilizar a nuestras empresas y al sector privado, porque, en ese terreno, el sector público está haciendo mejor los deberes que el privado".
El análisis de la EMBO da la razón al ministro en lo que toca al sector privado, pero se la quita en lo referente al sector público. El gasto total español (público más privado) es muy bajo, como queda dicho. Pero la fracción de él que es aportada por la industria (49,7%), por más que sea claramente inferior a la de los mejores países (66,9% en Alemania), es bastante similar a la media de la UE (51,8%).
Abismo hasta 2010
En lo que sí destaca España, y mucho, es en el abismo que separa el gasto público actual en I+D del que debería alcanzar en 2010 para cumplir los objetivos fijados por la UE. En esa fecha, el gasto total (público más privado) debería ser del 3% del PIB. Y ese objetivo se debería descomponer así: un 1% aportado por el sector público, y el 2% restante, por el privado. Pues bien: el gasto público español es, con la excepción de Irlanda, el que más lejos está de alcanzar esa marca del 1% en toda la Unión Europea (véase gráfico).
Sólo los sectores públicos de Austria, Finlandia, Holanda y Suecia cumplen hoy esa marca del 1% del PIB. Los demás Gobiernos europeos deberán "hacer los deberes" -por usar la expresión de Piqué- de aquí a 2010. Pero el Gobierno español va a tener que hacer más deberes que nadie (excepto Irlanda). Los sectores públicos de los países europeos, en promedio, ya dedican el 0,81% del PIB a investigación, y sólo tendrán que añadir otro 0,19% de aquí a 2010. El sector público español está ahora en el 0,49%, y por tanto tendrá que añadir otro 0,51%. La deficiencia española en gasto público en I+D da cuenta por sí sola del 22% del total europeo.
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