José Coronado, un mentiroso patológico en 'La vida de nadie'
Adriana Ozores protagoniza junto al actor la 'ópera prima' de Eduard Cortés
El actor José Coronado afirma que el año 2002 ha sido para él "una excelente cosecha". Consiguió una candidatura a los Goya como mejor actor de reparto por La caja 507, de Enrique Urbizu; Poniente, de Chus Gutiérrez, tuvo críticas elogiosas; y hoy estrena La vida de nadie, ópera prima de Eduard Cortés. El filme obtuvo tres nominaciones a los Goya -mejor dirección novel, actriz (Adriana Ozores) y actriz revelación (Marta Etura)- gracias a un estreno técnico en Salamanca, donde se proyectó durante tres semanas.
La vida de nadie se inspira en el caso de Jean Claude Romand, un francés que en 1993 asesinó a su familia tras años llevando una doble vida. El suceso sedujo también al director Laurent Canet, que ganó el León de Oro del Festival de Venecia 2002 con El empleo del tiempo, y a Nicole Garcia, cuyo drama El adversario, protagonizado por Daniel Auteil, también se estrena hoy en España. Coronado interpreta al protagonista, Emilio Barrero, un hombre de 39 años con una vida aparentemente perfecta: trabaja en el Banco de España, tiene una mujer modelo (Adriana Ozores) y un hijo que le idolatra. Aunque su realidad es otra: Emilio no tiene trabajo y, vestido de ejecutivo, pasa las horas leyendo en un parque.
"Hemos querido crear un clima de amabilidad al principio de la película para que la gente se relaje e incluso sonría en las situaciones un tanto cómicas a priori de una familia feliz, sin que se sepa lo que pasa", explica Coronado sobre la angustiante La vida de nadie. "Es fundamental que la gente se haga cómplice de Emilio y se identifique con él porque todos llevamos alguna mentirijilla en la mochila", piensa el actor de Anita no pierde el tren.
La historia le pareció "alucinante", "muy difícil de hacer creíble", pero le animó el saber que Adriana Ozores, "una garantía de calidad", iba a interpretar a su mujer. Conectó muy bien con el director: "Eduard y yo hemos querido huir de los rasgos patológicos de un mentiroso. Preferimos que fuese un hombre normal, amable, para que el espectador no viera desde el principio a un farsante", afirma. Ambos hicieron un trabajo de mesa de dos meses para construir una trama sin fisuras: "Estamos hablando de la mentira y Emilio es un maestro de la mentira, y por lo tanto todo tenía que estar bien liado y entrelazado para que la gente se lo creyese".
El castillo de mentiras de Emilio se tambalea cuando por primera vez en muchísimos años es él de verdad al aparecer en su vida Rosana (Marta Etura). "Ella es una especie de ángel que le hace perder los papeles. Desde entonces es consciente de que entra en un periodo de destrucción, pero no puede hacer nada", prosigue el protagonista de Periodistas. "En la sociedad en la que vivimos están implantadas la mentira y las falsas apariencias. Hay gente a la que le importa más lo que piense el vecino o el amigo que lo que realmente viva. Después de rodar la película, veo muchos ejecutivos con maletín en los parques que sé que esperan a que den las ocho de la tarde para volver a sus casas", afirma.
A Coronado no le preocupa que se estrene El adversario sobre la misma historia, pues asegura que quien ha visto las dos da como "caballo ganador" a La vida de nadie. "Tomamos una vertiente muy al margen del caso Romand. Quisimos hacer una película mucho más cercana al ciudadano de a pie. No iba a haber ni muertes, ni sangre ni psicopatías". Además, tiene fe en que el público después de los últimos acontecimientos "va a aprovechar cualquier oportunidad que tenga para apoyar al cine español".
El actor dice que dejó la serie Periodistas "porque estaba a punto de perder el norte" y porque le habían ofrecido muy buen cine. "Ahora acepté hacer la serie Código fuego porque todo lo que me ofrecen de cine no me interesa. Y acabo de rodar La vida mancha, de Enrique Urbizu [que le dirigió en La caja 507], un western de emociones".
Babelia
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