Desactivada una olla bomba con siete kilos de dinamita junto a la casa de un 'ertzaina'

La Unidad de Explosivos de la Ertzaintza desactivó ayer tarde una bomba compuesta por siete kilos de dinamita Titadine y tornillería, que estaba colocada junto a la casa de un ertzaina sita en un camino vecinal de Murueta (Vizcaya), cerca de Gernika. El explosivo, metido dentro de una olla, estaba listo para ser activado mediante un mando a distancia, que fue hallado en la zona. Esta reaparición del comando Vizcaya de ETA tras cinco meses de silencio coincidió con una operación de la Ertzaintza contra la violencia callejera en la que fueron detenidos nueve jóvenes.

El artefacto, presuntamente dirigido contra un agente de la policía vasca, estaba unido a un poste de alta tensión en un camino vecinal junto a la carretera BI-2235, a la altura de Murueta, entre Gernika y Bermeo. Según fuentes policiales, el mando a distancia fue abandonado por un joven que se alejó corriendo al ser descubierto por una mujer que también vive en las inmediaciones. La bomba además de unos siete kilos de Titadine, la dinamita robada por ETA en Francia, estaba reforzada con tornillería.

La Ertzaintza mantiene abiertas todas las hipótesis sobre el posible objetivo del atentado, aunque otras fuentes del cuerpo explicaron que en las inmediaciones del camino donde fue hallada la bomba residen dos ertzainas. Éste es el segundo atentado de ETA en lo que va de año, después del asesinato en Andoain, el pasado día 9, del jefe de la Policía Local, el socialista Joseba Pagazaurtundua.

La reaparición de ETA en Vizcaya se produce después de cinco meses, concretamente desde el 11 de setiembre, cuando también perpetró un atentado frustrado en la localidad de Zierbena. En esa ocasión, el comando Vizcaya abandonó precipitadamente un coche bomba ante la presencia de un vehículo de la Guardia Civil en las cercanías. Al igual que ayer, los miembros de ETA arrojaron el mando a distancia con el que se disponían a activar la bomba. El 23 de septiembre, los miembros del comando Vizcaya Hodei Galarraga y Egoitz Gurrutxaga fallecieron en Bilbao al estallar la bomba que transportaban en un vehículo.

Por otra parte, la Ertzaintza ejecutó ayer una nueva redada contra la violencia callejera bajo las órdenes del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. En San Sebastián fueron detenidas ocho personas, entre ellas tres menores de edad, A. V.; M. A. y A. F,. a los que la policía vasca, según anunció ayer por la tarde, no consideraba necesario mantener incomunicados. Hoy serán presentados ante el juez en la Audiencia nacional. El noveno, fue detenido en Ondarroa. Se trata de Arkaitz Alkorta, nacido en esta localidad vizcaína, aunque hace un año vivió en San Sebastián en un piso que fue registrado por los agentes vascos.

La Consejería de Interior acusó a los nueve detenidos de haber participado en numerosas acciones de violencia callejera llevadas a cabo en la capital guipuzcoana. Este departamento, para evitar posibles denuncias de tortura, ha decidido contactar de forma periódica con los familiares de los detenidos y ha solicitado al juez "una mayor frecuencia" en los exámenes forenses, "con revisiones médicas periódicas que certifiquen el estado de los detenidos en diversos momentos de la detención". Los nueve fueron sometidos a un chequeo al poco de ser arrestados.