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Madrid devuelve a Marruecos a seis menores solos tras la petición de Rabat

Las palabras del embajador de Rabat, Abdeslam Baraka, solicitando al Gobierno español la devolución a Marruecos de los menores de ese país que emigran solos a la Península han tenido ya sus primeras consecuencias. En los últimos siete días, tras la petición de Baraka formulada el 10 de febrero, la Delegación del Gobierno en Madrid ha devuelto a Marruecos, con sus familias, a seis adolescentes de 17 años que, tras emigrar solos a la capital, estaban tutelados por el Instituto Madrileño del Menor y la Familia (IMMF) de la Comunidad. Cuatro vivían en la residencia Concepción Arenal (San Blas) y los otros dos en un piso de la Fundación Tomillo (Getafe) y en la residencia de Móstoles.

Seis repatriaciones en una semana son muchas cuando, desde 1997, sólo se habían ejecutado nueve. Portavoces del IMMF niegan, sin embargo, que estas devoluciones sean una respuesta a la petición marroquí. "Siempre que tutelamos a un menor inmigrante solo en Madrid tenemos la obligación de pedir a la Delegación del Gobierno su reagrupación familiar; luego es ella quien ejecuta la medida", añaden.

La Ley de Extranjería indica que para repatriar a un menor hay que localizar antes a su familia, o, en su defecto, a los servicios de protección de menores de su país. Si en nueve meses no se consigue, el Gobierno español debe documentarle con un permiso de residencia. La ley también indica que es necesario escuchar al menor antes de tomar ninguna determinación sobre él.

A los cuatro chicos del centro Concepción Arenal la policía fue a buscarles a la residencia hacia las cinco de la madrugada del pasado viernes. Su repatriación ha causado estupor y malestar en el taller de garantía social Tierruca (Puente de Vallecas), un centro para chavales desfavorecidos al que acudían tres de ellos para formarse como cocineros.

"Chavales integrados"

Los profesores de este centro de la Consejería de Educación, con 104 alumnos, se preguntan qué criterio se ha seguido para repatriar a estos chicos "que llevaban un proceso positivo de integración social y de aprendizaje". Tampoco entienden cómo se ha tomado una decisión así sin consultarles sobre la evolución y posibilidades de los muchachos.

"No entendemos cómo se les ha negado a estos jóvenes una oportunidad de formarse, cortándoles a la mitad del curso. Nos preguntamos si está en nuestras manos evitar que nuestros alumnos vayan desapareciendo de forma aparentemente aleatoria cuando están aprovechando una oportunidad de ser trabajadores y ciudadanos del mundo", plantean los docentes en un escrito. Los otros chicos también estaban bien integrados y se estaban formando en oficios.

Gloria Calduch, directora de Tierruca, explica que ayer habló por teléfono con uno de los repatriados: "Está con su familia, pero lo primero que nos ha pedido es que le reservemos plaza porque quiere volver a Madrid".

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