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AMENAZA DE GUERRA | La situación en Irak

La Embajada española en Bagdad almacena comida y máscaras antigás para la guerra

El encargado de negocios ha llevado a la capital iraquí 150 raciones de emergencia

Ángeles Espinosa

Máscaras antigás, raciones de comida, planes de evacuación... Los residentes y transeúntes españoles en Bagdad recibieron anoche toda la información necesaria por si se produjera el temido ataque de Estados Unidos a Irak. "No se trata de ser alarmistas, sino de estar preparados igual que lo están el resto de las embajadas", explicó a este diario el encargado de negocios, Eduardo Quesada. Este diplomático llegó el pasado lunes a la capital iraquí con un cargamento de 50 máscaras antigás, 100 filtros y 150 raciones de comida del Ejército español.

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Este material se encuentra depositado en la Embajada de España como parte del plan de emergencia diseñado ante la posibilidad de un ataque de Estados Unidos a Irak. "Se trata de una medida más mediática y, si acaso, psicológica que otra cosa", apuntaron a este diario fuentes diplomáticas que pusieron en duda la utilidad de la decisión. "Claro que como el resto de las embajadas las tienen, nosotros no podemos pecar de falta de previsión", concedió uno de los interlocutores.

"Si de verdad se produjera un ataque con armas químicas o biológicas, lo primero que habría que determinar es el agente para saber qué filtro utilizar o la duración de su protección", señalaba un experto. "Además", añadió, "dudo de que en una situación de emergencia ninguno de los que decidan quedarse tuviera tiempo de llegar a la Embajada y acertar en la utilización de las máscaras".

A partir de la salida del último funcionario español, la llave de la legación diplomática quedará en manos de un conserje local que ha recibido instrucciones para que facilite "una máscara, dos filtros y un número prudente de raciones a cualquiera que se acredite como ciudadano español".

El plan incluye también la evacuación en los próximos días de los residentes o transeúntes españoles que lo deseen, e incluso una ayuda económica para aquellos que la necesiten. "La fecha está por determinar; depende de las instrucciones de Madrid", precisó Eduardo Quesada ante los insistentes rumores de que tenía previsto regresar hoy mismo a España. El propio diplomático reconoció además que no hay muchos candidatos a la evacuación.

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Los españoles residentes en Irak apenas alcanzan la decena. Se trata de cuatro españolas casadas con ciudadanos iraquíes o de otros países árabes, sus descendientes, un estudiante hispano-jordano y un iraquí nacionalizado español hace mucho tiempo.

Ninguno de ellos ha expresado hasta el momento deseos de abandonar Irak, a excepción de una de las mujeres que hace años que desea retornar a su Asturias natal, pero quiere solucionar antes el problema de la nacionalización como ciudadana española de su hija.

Además, se hallan estos días en distintos puntos de Irak cinco funcionarios con pasaporte diplomático, tres empleados españoles de Naciones Unidas, un pacifista y 17 periodistas. Tanto el pacifista como los informadores han manifestado su deseo de permanecer en el país mientras lo permitan sus visados.

Proyecto conjunto

Planes similares a éste se han estudiado en todas las embajadas aún abiertas en Irak, aunque sus responsables mantienen un discreto silencio sobre ellos. Inicialmente, todos los enviados europeos consideraron la posibilidad de organizar un proyecto conjunto, pero la dispersión de las embajadas lo hacía impracticable.

Bagdad se halla dividida por el río Tigris y una voladura de sus puentes, tal como ya sucedió durante la guerra del Golfo de 1991, dejaría incomunicadas las dos partes de la ciudad. Las legaciones de España, Grecia y Portugal, que ya se encuentra cerrada, se hallan en Karg, la orilla occidental del río, por lo que la salida terrestre tendría que hacerse vía Jordania o Siria. Francia, Italia y Alemania tienen sus oficinas al otro lado, en Rusafa, y han previsto su salida a través de Irán.

El enviado del Papa a Irak, el cardenal Roger Etchegaray, charla con el vicepresidente iraquí, Taha Yassin Ramadan.
El enviado del Papa a Irak, el cardenal Roger Etchegaray, charla con el vicepresidente iraquí, Taha Yassin Ramadan.EPA

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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