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Crítica:COMER
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

'Sushi' y 'sashimi' en cinta transportadora

GINZA, sabores japoneses y una divertida barra en el centro de Madrid

José Carlos Capel

El irresistible avance de la cocina japonesa en las sociedades occidentales tiene mucho que ver con el auge del mensaje ecologista y la abrumadora presión de la disciplina dietética. Sus recetas básicas constituyen composiciones sencillas y conceptualmente puras, que revalorizan los pescados crudos y las carnes poco hechas, el arroz hervido, las sopas sin grasa y las ensaladas livianas. Se trata de una cocina ligera que, antes que nada, entusiasma a colectivos asentados en las grandes ciudades europeas y americanas. Después de Japón, pocos países en el mundo disponen de materias primas de tanta calidad como España para tratar en versión nipona las especies marinas. No es casualidad que algunos restaurantes japoneses de Madrid y Barcelona figuren en estos momentos entre los mejores de Europa.

GINZA

Plaza de las Cortes, 3. Madrid. Teléfono: 914 29 76 19. Cierra: los lunes. Precio medio: entre 25 y 35 euros. 'Yasai tempura' (fritura de verduras), 8,71 euros. 'Sushi' variado, 15,33 euros. 'Maguro teriyaki'(atún asado), 13,22 euros. Helado de té verde, 3,31 euros. Café ... 4 Bodega ... 4 Ambiente ... 6,5 Servicio ... 6,5 Aseos ... 6,5 Pan ... No se sirve

En ningún enclave se pueden localizar mejores ventrescas de atún, gruesos rodaballos, grandes chicharros y calamares carnosos, ingredientes básicos de las más tentadoras fuentes de sushi y sashimi. Ginza, establecimiento madrileño que toma su nombre de un barrio de Tokio, atraviesa ahora un gran estado de forma. Al trabajo puntilloso de su jefe de barra, Hiroo Miki, que se luce en el despiece de grandes pescados, se acaba de sumar el joven Álex Moranda, uno de los mejores especialistas españoles en cocina japonesa. De la mano de ambos salen vistosos rollitos, california rolls, temakis y futomakis, entre otros. Y, sobre todo, un sashimi mixto especial que es un acontecimiento. Contiene lascas crudas de chicharro, rodaballo, atún rojo, calamares, pulpo y langostinos, así como erizos marinos en los meses invernales. Tampoco desmerecen los temakis (cucuruchos de algas con aguacate y huevas), realmente sabrosos, ni los sushis de anguila, muy conseguidos.

Otros platos elogiables son el atún asado en salsa de soja (maguro teriyaki) y el lomo de ternera a la parrilla. Por el contrario, falla la tempura (fritura variada de verduras) y desconciertan algunas innovaciones (los esperpentos de la mala creatividad también amenazan a esta cocina): ridículo el rollito de gulas y muy mediocre el de cangrejo blando (soft crab).

Como suele suceder en los orientales, los postres bajan la media. Se salvan por los pelos el helado de té verde y la macedonia de frutas. Para beber, sake o cervezas niponas.

MENÚS Y ESPECIALIDADES PARA LLEVAR A CASA

A LA ENTRADA llama la atención la cinta transportadora que recorre el local en su planta baja, justo en medio de la barra. Diminuta pasarela en movimiento, bastante habitual en Japón e insólita en España, que arranca de la propia cocina y recorre todo el espacio que ocupa el mostrador junto al que toman acomodo los clientes. Lo mismo que si se tratara de una exhibición gastronómica, por delante de los comensales van desfilando platillos de diferentes dibujos sobre los que se disponen distintas variedades de sushi, niguiris y rollitos de pescados diversos, california rolls y futomakis, fundamentalmente. Cuando alguna de las sugerencias apetece, no hay más que levantar las tapas de metacrilato que protegen la cinta y hacerse con la especialidad deseada. Una vez consumida, procede acumular los platos sucios junto al individual de papel que sirve de soporte. A la hora de pagar, la facturación se realiza en función de la decoración de cada uno. Hasta cinco ilustraciones distintas, correspondientes a otras tantas categorías de precios diferentes, componen la vajilla móvil. Si se desea completar las sugerencias de la barra con las que figuran en la carta, no hay más que solicitarlas.

Otra posibilidad es optar por algunos de los tres menús, entre 12,02 y 14,72 euros, que pueden contener aperitivo, tempura mixta de langostinos y verduras, además de sopa de miso. E incluso surtidos de sushi y sashimi, según el menú elegido. También preparan al momento especialidades para llevar a casa. Servicio muy amable.

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Sobre la firma

José Carlos Capel
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.

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