Un día nefasto para las estadísticas policiales
Cuatro homicidios en tres lugares distintos, todos ellos en la zona noroeste de la región. Las estadísticas policiales sufrieron ayer en menos de 12 horas un fuerte revés. Y es que jornadas nefastas como las vividas han sido excepcionales en los dos últimos años.
La mayor matanza se vivió el 17 de septiembre de 2001 en la calle de Historias de la Radio (Puente de Vallecas), cuando cuatro colombianos, de entre 35 y 60 años, cayeron a primera hora de la tarde tiroteados en un domicilio. Un supuesto ajuste de cuentas por un partida de droga no pagada fue el móvil de este cuádruple homicidio cuyos autores aún están sin detener.
Las balas volvieron a sonar, esta vez en plena calle, ocho días más tarde -el 25 de septiembre de 2001- en la calle de Servando Batanero y en la avenida de Marqués de Corbera, en el barrio de Ascao (Ciudad Lineal), cuando tres colombianos, alguno de ellos sicarios, se tirotearon en plena calle a las diez de la noche. Uno de ellos murió en el acto y los otros dos, horas después en los hospitales. Otro joven resultó herido grave. El año 2001 se cerró con 97 homicidios en la región.
Paseo de La Habana
El suceso con mayor número de muertes violentas registrado el año pasado se produjo el 11 de abril, cuando los tres integrantes de una familia y un vecino del número 20 del paseo de La Habana (Chamartín) perecieron en el incendio del inmueble. Los investigadores de Homicidios se centraron en este suceso, del que todavía no hay detenidos, ya que el fuego fue intencionado: varias personas entraron de madrugada, quemaron el portal y las llamas se propagaron con gran rapidez por la escalera de madera.
Una familia compuesta por una pareja, de 32 y 36 años, y su bebé de un año murió tiroteada el 4 de mayo de 2002 en la calle de Ramón Pérez de Ayala (Puente de Vallecas). El vecino del segundo piso Miguel Ángel Navarro, de 34 años, fue detenido. Éste bajó los cadáveres y los quemó tras colocarlos bajo un colchón en los soportales del inmueble. La discusión por el precio de venta de un recetario robado en un ambulatorio fue el móvil del crimen.
Una semana más tarde, las estadísticas policiales sumaron otros tres homicidios. Un padre y su hijo, de 52 y 26 años, murieron en un tiroteo registrado en la calle de Antonio López (Usera), tras mantener una persecución con un inmigrante colombiano. Ese mismo día falleció el vecino de Alcorcón Enrique Cuesta Moreno, de 36 años, tras recibir un paliza en una discusión. En 2002 se registraron 75 asesinatos en la región.
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