Un hombre irrumpe en un bar de Alcalá de Henares y mata a tiros a un joven y una mujer
La dueña del establecimiento resulta herida grave al recibir tres disparos del pistolero
Un individuo que entró ayer por la tarde en el bar Rojas de Alcalá de Henares acabó con la vida del hijo de la dueña, Mikel Jiménez Sánchez, de 18 años, y de una vecina del inmueble, Juana Dolores Uclés López, de 57 años. La propietaria del establecimiento, Teresa Sánchez García, de 38 años, resultó herida grave tras recibir tres disparos en diferentes partes del cuerpo. La policía mantiene abiertas todas las líneas de investigación, ya que cuenta con pocos datos para iniciar las pesquisas. Un móvil pasional y un posible ajuste de cuentas son los que ayer tomaron más fuerza.
Un centenar de curiosos pasó la fría tarde de ayer ante las puertas del bar Rojas esperando el momento en el que el juez llegara para levantar los cadáveres de las dos víctimas que cayeron abatidas por sendos disparos.
El doble crimen ocurrió sobre las 16.40 en el bar Rojas de la calle del Río Alberche, situado en un pasaje de una urbanización del barrio residencial Nuevo Alcalá. Un pistolero, según fuentes policiales, irrumpió en el local y disparó en al menos cinco ocasiones contra las tres personas que estaban dentro.
Una de las balas penetró por el ojo derecho de Juana Dolores Uclés, según un portavoz del servicio de Emergencias 112. La mujer, viuda desde hacía ocho meses y vecina de la misma calle, bajó a llamar desde el teléfono del bar, ya que en su casa estaba haciendo obras y aún no disponía de línea telefónica, según varios vecinos de la fallecida.
Otro de los disparos alcanzó en la cabeza al joven Mikel Jiménez por la zona parietal izquierda. El disparo, mortal de necesidad, le causó la muerte en el acto, según fuentes médicas. Su madre, Teresa Sánchez, de 38 años y dueña del bar desde el pasado verano, recibió los otros tres disparos. Uno de los proyectiles le entró por la parte izquierda del tórax y le salió por la espalda. Otro impacto le alcanzó el muslo izquierdo y el tercero le rozó la parte derecha del codo, lo que le produjo una simple erosión.
9 milímetros parabellum
Teresa Sánchez estuvo consciente en todo momento, lo que permitió a los sanitarios y a los agentes del Cuerpo Nacional de Policía tomar las primeras declaraciones sobre lo ocurrido antes del tiroteo. La mujer señaló que su hijo entró en el bar sobre las 16.40. Inmediatamente después y sin que la puerta del establecimiento se cerrara completamente, la abrió un hombre de mediana estatura y con aspecto español que, sin mediar palabra alguna, sacó una pistola del calibre 9 milímetros parabellum y abrió fuego. Ninguna de las tres personas que estaban dentro del bar pudo hacerle frente.
El pistolero se dirigió primero al joven Mikel Jiménez al que tiroteó a bocajarro (menos de dos metros), por lo que cayó abatido. Su furia asesina le llevó hasta Juana Dolores Uclés, la vecina del número 1 de la calle del Río Alberche. La mala fortuna, según fuentes de la investigación, hizo que la mujer estuviera en el bar ese fatídico momento. El tiro que le entró por el ojo derecho también hizo que muriera en el acto.
Una vez que habían muerto las dos personas que estaban fuera de la barra, el criminal se dirigió hacia la propietaria del local y empezó a tirotearla, sin que ninguna bala le alcanzara órganos vitales. Tras descerrajarle los tres tiros, se dio media vuelta, ya que pensaba que ésta había fallecido. El homicida actuó a cara descubierta y sin temor a ser reconocido por los vecinos del inmueble o del parque cercano.
La dueña del bar ingresó a las 17.20 en la unidad de cuidados intensivos del hospital alcalaíno Príncipe de Asturias. Según el jefe de guardia de este centro hospitalario, el pronóstico de la paciente era anoche de "estable dentro de la gravedad".
Fuentes policiales señalaron ayer que la mujer facilitó una descripción del homicida, aunque en principio, al carecer de detalles concretos, no parece que sea fácil su identificación. Los agentes de la Brigada de Policía Científica hicieron una inspección ocular del local y, según las citadas fuentes, hallaron al menos cinco vainas percutidas. En esta inspección, los agentes no echaron en falta ningún objeto de valor. La recaudación de la caja registradora estaba intacta.
Los trabajos de la Policía Judicial de la comisaría de Alcalá de Henares y del Grupo X de Homicidios se centran ahora en investigar los ambientes más cercanos a la propietaria del local y, en especial, a su hijo, ya que fue el primero en morir tiroteado, según fuentes policiales. "En principio, creemos que la mujer [Juana Dolores Uclés] no tiene nada que ver con este homicidio. La mala suerte ha hecho que estuviera en un lugar inadecuado en un momento inadecuado", señalaron esas fuentes.
La policía registró anoche el domicilio del joven Mikel Jiménez, tras conseguir el oportuno mandamiento judicial, y no halló, según fuentes policiales, nada que permita esclarecer el crimen. Los investigadores tienen previsto tomar declaración a partir de hoy a familiares y amigos del fallecido y clientes del bar para determinar el móvil del doble homicidio. Un testimonio fundamental será la declaración de la madre, siempre que lo permitan los facultativos que la atienden en el hospital.
Especulaciones
Las especulaciones sobre la causa de los crímenes recorrían ayer los grupos de curiosos que observaban el trabajo de los agentes de la policía científica. Algunos permanecían atentos a lo que ocurría en las inmediaciones del bar. Una de las hipótesis que en las primeras horas del doble homicidio cobró más fuerza fue la del móvil pasional, aunque a lo largo de la tarde, las investigaciones apuntaban al ajuste de cuentas.
El bar Rojas está situado en la esquina de un pasaje de la urbanización Alcanorte, en el barrio de Nuevo Alcalá, entre una tienda de textiles y un taller de reparación de automóviles. Pero ayer, dada la hora a la que se produjo el tiroteo, no había clientes en el interior del bar, y las tiendas próximas estaban cerradas.
Los vecinos del barrio apenas conocen a Mikel y a su madre. Sólo sabían que la mujer era dueña del bar desde el verano. Antes tenía otro local en el barrio de Venecia, una zona en la que según los vecinos hay varios clubes de alterne y locales donde se trafica con droga. Mikel Jiménez solía pasar en el bar muchas horas en el local, donde ayudaba a su madre en las tareas del negocio. Un vecino de la misma calle recordaba que al joven le habían dado una paliza el verano pasado: "El que le pegó estaba en la cárcel por otros asuntos, pero salió hace poco".
La fallecida Juana Dolores Uclés había enviudado hace ocho meses, y se estaba trasladando al quinto piso del número 1 de la calle del Río Alberche, una vivienda que tenía alquilada cuando vivía su marido. Llevaba varios meses reformando la casa para establecerse y todavía no tenía teléfono. Por ese motivo, se vio obligada a bajar al bar Rojas para llamar a un fontanero, según informó un vecino de la fallecida.
Un barrio "muy inseguro"
Los vecinos de la calle del Río Alberche se quejaban ayer de la inseguridad que sufre el barrio y del creciente número de atracos, sobre todo en los últimos meses. Víctor, un joven de 19 años, aseguró que ha habido varios robos en bares y tiendas de alimentación de la zona.
"Hace poco robaron todas las máquinas de tabaco de los bares de la zona", aseguró una vecina. "Desde hace tiempo este barrio se está convirtiendo en un lugar difícil para vivir", añadió.
"A mí intentaron robarme la furgoneta. Estamos hartos. El barrio está muy desamparado, porque no hay control, ni vigilancia, y luego pasa lo que pasa", comentaba nervioso Emiliano Vaquero, un vecino conmocionado por el doble homicidio de ayer. "Me he quedado helado porque el lunes pasado yo estaba cenando con mi mujer en el bar donde han matado a estas personas, y pienso en la mala suerte que ha tenido esa pobre señora", dijo.
Emiliano se refería así a Juana Dolores Uclés, de 57 años y madre de dos hijos, que fue abatida por los disparos del agresor.
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