"Hay muchos tiranos a los que nadie piensa eliminar"

1. Un peligro relativo, limitado. Que Sadam es un tirano para su país está fuera de duda y lanzó gases mortíferos contra sus connacionales kurdos con una falta de escrúpulos propia de Hitler. Que es también un señor de la guerra regional, peligroso para sus vecinos, lo demostró con sus ataques a Irán o a Kuwait. Pero su capacidad de hacer daño (salvo que nos demuestren lo contrario con las revelaciones que se esperan el miércoles) está hoy muy reducida, tras tanta vigilancia internacional y con la prohibición de vuelos internos en grandes zonas del país. Es peligroso, pero creerlo un peligro para la paz mundial es exagerado. Por otra parte, hay otros muchos dirigentes no menos locos y tiránicos en el mundo a los que, según parece, no se piensa en eliminar.

2. No. Justificar un ataque de la comunidad internacional a otro país es algo difícil que sólo puede basarse en la acumulación de pruebas contundentes. En este caso, da la impresión de que se ha decidido primero hacer la guerra y luego se han buscado las razones.

3. Me deja perplejo. La opinión española es bastante antiamericana, más que la europea, y adoptar esta actitud le hará perder votos. Pero parece que actúa por principios, es decir, que no le conviene personalmente, ni conviene a su partido. Más que las conveniencias electorales, pueden en él el conservadurismo duro, el sentido del orden y la fidelidad a la gran potencia.

4. Para Europa es un desastre. Pero toda la política exterior europea lo ha sido en la historia reciente. Lo fueron los Balcanes, que estaban más cerca. Una política europea unida no existe y este caso viene a demostrarlo una vez más. Me produce algo de bochorno que sea el presidente del Gobierno español el que se adelante a los demás para demostrarlo, y que lo haga con compañías tan poco recomendables como Berlusconi. Blair es otro caso, por su tradicional vinculación con EE UU, aunque también demuestra que su política exterior funciona siempre al margen de la idea europea.