"Al hacer películas muchas veces olvidamos a los espectadores"
Después de 20 años dedicado al cine, Miguel Hermoso considera que ha llegado el momento justo para realizar su película más complicada, La luz prodigiosa, un canto a la solidaridad en el que se imagina que Federico García Lorca no ha muerto, basado en la obra del mismo título de Fernando Marías. El largometraje, protagonizado por Nino Manfredi y Alfredo Landa, se estrena hoy.
Pregunta. Usted se enamoró de la historia de La luz prodigiosa pero quiso escabullirse del proyecto.
Respuesta. Estaba trabajando en una comedia casi montada, mucho más fácil y menos comprometida que ésta. En La luz prodigiosa había que conseguir credibilidad, algo muy difícil, y planeaba la figura mítica de Lorca. Era un compromiso. Los productores se pusieron en contacto conmigo en febrero de 2001 y hasta junio de 2002 no empezamos a rodar. Ellos querían hacerlo mucho antes y yo les dije que eso no podía ser posible. Necesitaba mucho trabajo anterior y he dedicado dos años de mi vida a hacer La luz prodigiosa. Es algo poco rentable, pero no se podía hacer de cualquier forma.
"Reconozco que escribir con el autor de la novela, Fernando Marías, me daba miedo"
P. Alfredo Landa, uno de los protagonistas, dice que usted es "incansable" con los actores.
R. Sí, es verdad. En las películas es fundamental la credibilidad de los personajes y por eso adapto los papeles a los actores. Se necesita un trabajo previo tan grande que yo comencé a trabajar con Alfredo seis meses antes del rodaje. Nos veíamos todas las semanas y hablábamos del personaje. Yo quitaba cosas, añadía otras... Era la primera vez que trabajaba con Alfredo, y me dijo: 'Tío, nunca he estado con un director que trabaje los actores como lo haces tú'.
P. Dice que los productores no sabían que usted era granadino, algo importante para retratar el mundo en el que vivió Lorca. ¿Por qué pensaron entonces en usted?
R. Conocían mis películas anteriores. Recordaban Truhanes, Como un relámpago, Fugitivas... Y pensaron que ese tratamiento de los personajes, que luchan por sobrevivir y van reconociendo unos sentimientos que afloran en ellos, iba muy bien para La luz prodigiosa. Decían que yo era el director ideal para contar ese mundo y esas relaciones. Al mes de empezar a trabajar se enteraron de que yo era además granadino.
P. ¿Cómo ha sido la relación con Fernando Marías?
R. Es la primera vez que trabajo sobre una novela. Para mí era una incógnita que no oculto me daba un poco de miedo. No sabía cómo iba a reaccionar ante un guionista que es además el autor de la novela. Pero Fernando es, por encima de todo, un enamorado del cine. Ése fue el motor fundamental de nuestro trabajo. Y, de hecho, a él no le ha costado renunciar a determinados pasajes de su primer guión porque sentía que aquello funcionaba mejor en el cine.
P. ¿Por qué dice que este filme le ha llegado en el momento justo?
R. Llevo 20 años de profesión y he llegado a la conclusión de que lo que demanda la profesión de mí es que aprenda a contarle historias a los espectadores. Veo que muchos directores hablan de lo que yo pretendo y de lo que yo busco o intento encontrar, lo que representa para mí hacer esta película y tal... y me temo que muchas veces, y a mí también me ha ocurrido antes, olvidamos a los espectadores. Pensamos en los espectadores como destinatarios del producto. Sabemos que pagarán por entrar a la sala, pero no los tenemos presentes en el proyecto. Y para llegar a esa conclusión hace falta tener una cierta experiencia y por eso me ha llegado en el momento justo. He planteado la película pensando mucho en la audiencia, y para eso se necesita bagaje.
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