Defensa prepara un menú de opciones para la contribución militar española
El Ministerio de Defensa prepara un menú de opciones de contribución militar española a un ataque contra Irak, de carácter tanto bilateral como multilateral, cuya materialización dependerá de que se adopte la correspondiente decisión política y del propio desarrollo de los acontecimientos.
La ministra Palacio confirmó ayer que España dará apoyo logístico a EE UU en las bases de Rota (Cádiz) y Morón de la Frontera (Sevilla). Hay otra contribución que también es segura: los buques españoles que navegan por el Índico en la Operación Libertad Duradera seguirán en la zona, pero cambiarán de misión cuando estalle la guerra.
Ahora están allí la fragata Navarra y el buque de apoyo Patiño. Ambos serán relevados el día 31 por la fragata Canarias, que ya ha cruzado el canal de Suez con una flota europea bajo mando italiano.
Si la OTAN da finalmente luz verde a la petición de apoyo presentada por EE UU, España contribuirá en la parte que le corresponde: buques españoles forman parte de las flotas aliadas del Atlántico y el Mediterráneo, así como de la fuerza de lucha contraminas, y hay pilotos españoles en las tripulaciones de los aviones AWACS de alerta temprana.
La contribución más importante sería, sin embargo, el despliegue de un destacamento de cazabombarderos F-18 en Turquía para apoyar su defensa frente a una eventual represalia del régimen iraquí.
Envío de tropas
Más delicada es la participación directa de tropas en el ataque. El Ejército de Tierra tiene preparado desde hace un año un contingente de operaciones especiales de la base de Rabassa (Alicante), que fue ofrecido para Afganistán y no se llegó a utilizar. Otras unidades especializadas, como un hospital de campaña o equipos de desactivación de explosivos, también podrían prestar apoyo.
Preguntado por el envío de tropas españolas a Irak, el presidente José María Aznar respondía en una entrevista publicada ayer por el semanario alemán Wirtschaftswoche: "Esa decisión la tomaré cuando llegue el momento".
El nuevo jefe del Ejército, Luis Alejandre, se mostró el lunes convencido, en declaraciones a El Mundo, de que no habrá soldados españoles en primera línea de combate, pero agregaba: "Las guerras son una pirámide amplia de apoyos y no todos los efectivos tienen que estar presentes [en el campo de batalla]. Hay retaguardias, otro tipo de apoyos".
Si no hay tropas españolas en Irak durante la guerra, las habrá con toda probabilidad en la posguerra, dentro de una operación destinada a estabilizar el país, como ya ocurrió en el kurdistán iraquí en 1991.
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