El Museo Húngaro de la Fotografía selecciona los mejores autores de sus fondos
La exposición en Madrid reúne 210 obras de 59 autores desde la I Guerra Mundial
Robert Capa, Brassaï, André Kertész, Laszlo Moholy-Nagy, son fotógrafos húngaros que figuran en la historia de las imágenes del siglo XX. Károly Escher, József Pécsi, Dennis Gabor, son también fotógrafos húngaros menos conocidos. Son los autores de fuera y de dentro del país que ahora se reúnen en la exposición Fotógrafos Made in Hungary. Los que se fueron. Los que se quedaron, abierta ayer en el Museo Colecciones ICO, de Madrid (Zorrilla, 3). El montaje está formado por 210 obras de 59 artistas, seleccionados de los fondos del Museo Húngaro de la Fotografía, entre 1919 y 1956.
Nicolás Muller (1913-2000) es la referencia de la fotografía húngara en España. En la exposición Fotógrafos Made in Hungary hay varias imágenes suyas junto a la obra de los que se marcharon y se quedaron en el país entre la I Guerra Mundial y la caída del comunismo. Károly Kincses, director del Museo Húngaro de la Fotografía, no hace distinciones y coloca las 210 fotos de los 59 autores seleccionados con la única cartela de su identidad, título de la pieza y técnica.
Fundación ICO vuelve a apoyar la fotografía como uno de los caminos del arte contemporáneo, según la responsable de Colecciones ICO, Isabel Sagüés, y presenta hasta el 23 de marzo la exposición Fotógrafos Made in Hungary, con la colaboración de Caja San Fernando. La muestra, que tiene como coordinadora general a Rosa Ferré (Art in Project), se ha presentado ya en Sevilla y Jerez de la Frontera, con montajes diferentes, con los autores por separado en dos espacios y unidos en orden cronológico.
Todas las imágenes son originales, salvo las ampliaciones que salpican el montaje, como el retrato de Picasso en su estudio por Brassaï o el Día D en la playa de Omaha por el reportero Robert Capa, aunque también figura La muerte del miliciano, en cerro Muriano, de 1936, en una copia que hizo el hermano del fotógrafo en los comienzos de los años sesenta, según Károly Kincses.
"Una primera lectura de la exposición señala que al menos 60 fotógrafos húngaros han aportado algo grandioso a la historia de la fotografía del siglo XX", afirmó Károly Kincses, que lleva 30 años dedicado a la fotografía y a su presentación en exposiciones. El director del Museo Húngaro de la Fotografía ha seleccionado las piezas de la muestra en una colección de un millón de originales, formada a partir de 1956 con la creación de la asociación de los profesionales. En la selección de las tomas ha tenido en cuenta las referencias a España y países de América Latina, aunque el conjunto recoge la historia de "50 años bajo la opresión del régimen soviético", con una política cultural convertida en "un círculo endiablado" donde sólo existían los que estaban a favor del régimen, "como en el franquismo". "Kertész, Brassaï, Capa, Moholy-Nagy son personajes conocidos, pero me interesa mostrar al visitante su país de procedencia y el entorno en que vivieron, y también las circunstancias que tuvieron para la creación los fotógrafos que se quedaron en Hungría. En el montaje aparecen juntos en las salas, porque se trata del mismo tema", declara Kincses.
El hecho de que los autores que emigraron al extranjero hayan adquirido el reconocimiento internacional se debe, según Kincses, a la selección que hace el mercado y las grandes instituciones, "que no están interesados en contemplar el mar y se detienen sólo en los faros. Pone el ejemplo de la colección de fotografía del Museo Nacional Reina Sofía, con artistas y obras "que se pueden ver en cualquier parte del mundo".
La obra expuesta se centra entre la I Guerra Mundial y el final del comunismo, "una época tremenda para Hungría y la zona central de Europa". "Al terminar la I Guerra Mundial Hungría se queda con la tercera parte de su territorio y allí se concentraron los talentos". Kincses recuerda también a los cineastas que llegaron a Hollywood y los científicos de Los Álamos. La exposición, y los textos de Kincses en el catálogo, descubren esos talentos que crearon obras de calidad, en situaciones políticas y sociales diferentes, como Pécsi, Angelo, Székely, Escher, colocados al lado de los que se marcharon al extranjero y adquirieron fama como reporteros, retratistas o vinculados a centros de la vanguardia, como la Bauhaus.
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