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El gasto por alumno es superior en la universidad

El presupuesto público para educación es igual o superior al 5% del PIB en Bolivia, Costa Rica, Cuba y Panamá; e inferior al 3% en El Salvador, República Dominicana y Uruguay. La mayor parte del gasto educativo se destina a la enseñanza primaria, que concentra la mayoría de alumnos (el 54% del total en la región). Sin embargo, el gasto por alumno es superior en la universidad, donde se congregan los sectores medios y altos de la población. Esta distribución del gasto discrimina negativamente a las capas más pobres, según el programa Promoción de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe (PREAL).

La enseñanza superior es, según el informe de la UNESCO, uno de los "principales retos educacionales" de Latinoamérica. Los estudiantes matriculados eran tan sólo 9,5 millones en 1998 (dos millones menos en 1990), de los que el 60% corresponden a Brasil, México y Argentina. La necesidad de muchos jóvenes de ingresar pronto en el mundo laboral para ayudar a sus familias, el elevado coste por alumno para los Gobiernos y el hecho de que en muchos países la educación superior sea predominantemente privada explican la menor participación en este nivel educativo.

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España es uno de los países con menos ordenadores por alumno, según el informe anual de la OCDE

Calificaciones

"La puntuación obtenida por los alumnos en las pruebas nacionales de rendimiento escolar son decepcionantes", según el PREAL. En Argentina, los estudiantes responden correctamente a menos del 50% de las cuestiones planteadas. Brasil, Costa Rica y Colombia tampoco alcanzaron los niveles esperados.

Por otra parte, una de las grandes carencias didácticas en algunas zonas de Latinoamérica es que las escuelas no cuentan con material específico adaptado a su propia lengua, informa M. Aguirregomezcorta. Y ocurre muchas veces que los chicos son incapaces de progresar en su aprendizaje al no entender los textos con los que estudian cada día. En algunas zonas de Paraguay, por ejemplo, los alumnos sólo hablan guaraní, y en Bolivia, el aimara o el quechua. Varias ONG denuncian que muchos libros de texto se dirigen exclusivamente a los alumnos de los países más ricos.

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