Almería hará un centro cultural en la casa del poeta José Ángel Valente
El Ayuntamiento compra los bienes del escritor por 360.000 euros
"¿Cómo ascender si antes no hemos descendido? Sólo por eso, puedo ahora, arriba, en la plenitud celeste, convocar al universo, llamar a los vivos y a los muertos, es decir, apurar mi luminosa copa de sombra", escribió José Ángel Valente (Ourense, 1929-Ginebra, 2000) en un texto dedicado a las azoteas que veía desde la suya propia, a los pies de La Alcazaba de Almería.
Valente quiso vivir en Almería y una casa lo escogió, que no al revés. Ahora, dos años después de su muerte, el Ayuntamiento de Almería ha querido rendirle el más preciado de los tributos al comprar la morada en la que vivió sus últimos años y gestó la parte final de su obra. Su vivienda, situada en el corazón de la ciudad antigua, pasará a ser "el centro cultural por excelencia" para tertulias, talleres y otras actividades literarias, tal y como se ha anunciado desde la concejalía de Cultura. La adquisición del inmueble, por un total de de 360.000 euros (unos 60 millones de pesetas), incluye el conjunto de bienes muebles que forman el patrimonio pictórico, escultórico, ornamental y mobiliario del poeta.
Casa y conjunto
Quien mejor sabe de la relación que el escritor inventó con su casa sureña y compartió con numerosos creadores y artistas invitados a interminables charlas en su azotea, es el arquitecto que la reformó y amigo íntimo del poeta, Ramón de Torres. "La natural intercomunicación entre todas las artes expresada en la obra poética de José Ángel Valente, los vínculos entre su palabra y otras formas de creación como la pintura, la escultura, la música, la fotografía y la arquitectura, se manifiestan con gran claridad en el conjunto que en la actualidad forman su casa y los bienes que ésta contiene", defiende el arquitecto.
Y es que el autor de Las palabras de la tribu (1971) tuvo su particular manera de reivindicar la arquitectura del eclecticismo historicista que se desarrolló en la ciudad a partir de la segunda mitad del siglo XIX, mostrando, enseñando, luciendo y descubriendo su hogar.
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