Aznar rechaza la apertura de oficinas de inmigración catalanas en el exterior

José María Aznar se mostró cauto pero firme al valorar ayer la próxima apertura de una oficina de inmigración del Gobierno catalán en Marruecos. "Sin duda, la Generalitat tendrá la sensibilidad y el cuidado político suficientes como para hablar de estas cuestiones con el Gobierno para ver en su caso, su conveniencia o inconveniencia", afirmó Aznar en una rueda de prensa en Madrid con el primer ministro de Túnez, Mohamed Ghannuchi. Aznar, que recordó que las competencias sobre inmigración corresponden al Gobierno central, se mostró esperanzado en que la solución al conflicto se resolverá por la vía del diálogo. "Creo que es la fórmula correcta dentro de nuestro sistema de distribución de competencias sobre el cual hay que tratar para evitar otros problemas", señaló.

El Gobierno de Jordi Pujol pretende abrir en marzo una especie de embajada en Casablanca -capital económica de Marruecos- que vele por los intereses catalanes. Además de coordinar la actual oficina comercial, que facilita la implantación empresarial catalana en el país magrebí, la Generalitat quiere añadir otra oficina de información a marroquíes que quieran trabajar en Cataluña. La de Casablanca será la segunda de estas delegaciones de trabajo. En noviembre se inauguró la de Varsovia. Aunque en principio la Generalitat aspiraba a que estas oficinas sirvieran para contratar en origen a los inmigrantes, al final se han quedado en simples ventanillas informativas sobre las ofertas de trabajo en Cataluña, pues el Gobierno central se ha negado a negociar un convenio de colaboración remitido por la parte catalana.