Aznar pretende que acumular cuatro faltas sea delito en su ofensiva por la ley y el orden
El Gobierno ha anunciado cuatro reformas legales contra la inseguridad en los últimos 18 días
"Nuestras leyes penales deben ofrecer protección al ciudadano pacífico que quiere disfrutar de sus derechos, de sus bienes y de su tranquilidad". Con este argumento, José María Aznar defendió ayer ante los diputados y senadores del PP reunidos en el Senado la reforma del Código Penal que aprobará el viernes el Consejo de Ministros. Aseguró que "está concebida para defender la libertad, la tranquilidad y los derechos de todos, los que votaron al PP y los que no". El cambio estrella en esta ofensiva del PP por la ley y el orden consiste en elevar a categoría de delito la acumulación de cuatro faltas, como robar un bolso o una cartera con menos de 50.000 pesetas. Aznar exigió al PSOE que opine sobre esta reforma del Código de 1995, obra de Juan Alberto Belloch.
Aznar presumió ayer al inaugurar el año político con sus diputados y senadores de que va a acometer "la ofensiva más seria y consistente de las últimas décadas contra la delincuencia en el marco del sistema constitucional" español.
El presidente del Gobierno apoyó su apuesta de reforma legislativa, que pretende aprobar antes de las próximas elecciones municipales y autonómicas, con cuatro argumentos políticos:
1. "Estamos haciendo aquello para lo que los electores nos dieron mayoritariamente sus votos y su confianza".
2. "La delincuencia ha aumentado porque los delincuentes han encontrado resquicios de impunidad y porque la sociedad española tiene que enfrentarse a nuevas formas de delincuencia".
3. "El deseo de la democracia española es que los ciudadanos puedan vivir más tranquilos y los delincuentes sean muy conscientes de que sus actos no van a quedar en ningún caso impunes".
4. "Hacemos estas reformas desde donde se encuentra representada la amplia mayoría de los ciudadanos que votó al PP, es decir, desde el centro político".
La ofensiva popular por la ley y el orden anunciada ayer por Aznar es la cuarta desde el 26 de diciembre pasado. El PP y el Gobierno irán dosificando, gota a gota, nuevas iniciativas legislativas de aquí a las elecciones de mayo. Tras la delincuencia y el terrorismo, habrá propuestas sociales, "para las familias y para los que menos oportunidades tienen", de "mejora de la sociedad del bienestar", de medidas para la "creación de empleo" y de reformas "para perfeccionar las instituciones". Se trata de mantener la iniciativa política, de marcar la agenda y de demostrar que el PP "está dispuesto a volcarse" para que el futuro de España siga bajo la sombra de su gaviota.
El objetivo ayer era más modesto. Se trataba de desgranar las modificaciones del Código Penal de 1995, el que redactó el Gobierno socialista, que aprobará el viernes el Consejo de ministros. El PP, en su programa electoral de 2000, se comprometió a dar la vuelta a ese texto fundamental. La estrella de los cambios anunciados ayer por Aznar es la elevación a categoría de delito de la "reiteración de faltas". Con cuatro ya habrá delito. Faltas son, por ejemplo, conductas como las siguientes:
- Golpear o maltratar a alguien sin causarle una lesión.
- Amenazar con una arma o un objeto peligroso en una riña.
- Todos los hurtos de menos de 50.000 pesetas, propios de carteristas y tironeros de bolsos.
- Los destrozos de mobiliario urbano o las pintadas.
- Abandonar jeringuillas en parques o lugares públicos.
- Llevar sueltos a animales feroces o dañinos.
- Faltar al respeto a la autoridad de los agentes de policía.
- O conducir un coche sin seguro obligatorio.
Se trata, según Aznar, de luchar contra la "habitualidad" y "la impunidad en la pequeña delincuencia". Para la mediana, es decir, aquella en la que caen quienes cometen acciones ya consideradas delitos, el Gobierno va a aprobar un incremento en las penas de cinco delitos, la creación de otros dos nuevos y, sobre todo, la calificación como "agravante cualificada, y, por tanto, merecedora de un castigo mayor" de la reincidencia.
Pero además de avanzar medidas, Aznar lanzó ayer andanadas políticas contra la oposición socialista que en los próximos días y semanas repetirán los populares. Sentenció que el PSOE "sólo busca destrozar el tobillo del contrario" y le reclamó que se pronuncie sobre su oferta de ley y orden. "Si se sabe lo que se quiere la pregunta debe ser relativamente sencilla y fácil de contestar". Tras el reto, su conclusión: "Vamos a tener la oportunidad de comprobar si hay algún criterio por parte de la oposición o, simplemente, si nos quedamos con las ganas... Con las ganas y con la impresión de que la única preocupación que tienen los socialistas es mirar bien las páginas de sucesos, bien las páginas de catástrofes".
Así viró Aznar hacia el Prestige. Al inicio de su discurso había relatado "la situación catastrófica derivada de la contaminación de nuestro mar y nuestra costa", para aportar una nueva explicación de las críticas al Gobierno: "Nosotros mismos, en ocasiones, no hemos sabido salir al paso de las críticas y tal vez en ocasiones incluso hemos contribuido a su difusión".
Pero eso no es lo criticable para el líder popular, sino la "muy grave actitud de oportunismo e irresponsabilidad de la oposición y de determinadas plataformas políticas". En su opinión, "el pésimo estilo de oposición del PSOE demuestra que tiene una incapacidad fundamental para pretender o intentar ser alternativa de Gobierno". El PP, en cambio, quedó colocado por Aznar "en el centro político, con la mano tendida frente a cualquier improperio destemplado o frente a cualquier patada en los tobillos".
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