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Entrevista:EMILIO PÉREZ TOURIÑO | Secretario general del PSdeG-PSOE | Repercusiones en la política gallega | CATÁSTROFE ECOLÓGICA

"Necesitamos un entendimiento entre los socialistas y el BNG"

Xosé Hermida

En plena crisis dio el primer paso de presentar una moción de censura contra el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, una iniciativa que suscitó su controversia y que arrastró a regañadientes al otro grupo de la oposición, el BNG. Pero Emilio Pérez Touriño, de 54 años, secretario general del PSdeG-PSOE, defiende que esa moción "constructiva" era la única respuesta política de la oposición a un momento de "desgobierno" y "autoorganización ciudadana". Touriño sigue exigiendo la convocatoria de elecciones autonómicas anticipadas y admite que la crisis le aboca a reconstruir sus deterioradas relaciones con los nacionalistas para buscar una alternativa conjunta al PP.

Pregunta. ¿Qué ha cambiado en Galicia en el último mes y medio?

"Ésta es una crisis de gran calado que no se arregla con indemnizaciones"
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Respuesta. Casi todo. La sociedad civil, a la que se habían inoculado el clientelismo y la sumisión, cobró sentido de identidad, de pertenencia, de coraje cívico. Hemos pasado de la Galicia resignada a la orgullosa de sí misma, y se ha revelado el abismo entre el valor cívico de la sociedad y el Gobierno que la representa. Esto es el final de Fraga, que ha perdido toda su credibilidad. Fraga era como un tótem que representaba a Galicia con su liderazgo. Eso se ha derrumbado de forma irrecuperable. Porque nos han tocado el mar, que es como tocarnos el corazón, una parte inseparable de nuestra identidad, el símbolo de la Galicia más emprendedora y activa. Y los gallegos han sentido que ante eso sus gobernantes los dejaban desamparados.

P. En otras ocasiones, como en la crisis de las vacas locas, el PP gallego demostró una gran capacidad para rehacerse en situaciones muy difíciles. ¿Por qué no puede ocurrir de nuevo?

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R. Esta situación es incomparable. Ahora hay una indignación nacional porque se ha descubierto el talante de los que gobiernan, su distancia insoportable de los ciudadanos. El presidente Fraga estuvo desaparecido, huyó, dando la espalda a la gente cuando sobrevino la catástrofe. Y esa actitud soberbia, esa desinformación permanente, ha generado una rebeldía ciudadana. Todo esto es como un mal sueño: nuestras costas inundadas de chapapote y los gobernantes a la deriva, igual que el barco. El problema ya no ha sido la falta de medios o los errores cometidos, sino la actitud, el no reconocer la catástrofe desde el primer momento, el hacerse cargo de ella, decir la verdad, dar la cara, hablar con los afectados y pedir ayuda si no tenían los medios suficientes. En definitiva, la ausencia del Gobierno.

P. La Xunta y el Gobierno acabaron admitiendo errores y anunciando una nueva actitud.

R. Pues mire el ministro de Defensa: ha vuelto a insultar nuestra inteligencia diciendo que las playas están esplendorosas. La soberbia de este Gobierno es tan grande que anula su capacidad de reacción. Y cree que lo puede arreglar todo con la economía de la subvención, con indemnizaciones transitorias a los afectados, sin diseñar ningún plan a más largo plazo. Siguen sin entender nada y encima van a enviar una carta a los ciudadanos para explicarles que la culpa es del PSOE. Lo que me preocupa de esto es que el PP arrastre consigo una desvalorización de las instituciones. ¿En qué país democrático se podría concebir que a estas alturas no haya habido una sola dimisión?

P. Cuando el PP insiste en el mensaje de una oposición "carroñera" es porque espera que calará la idea.

R. La ciudadanía española ya ha dado muchas muestras de madurez y civismo. ¿Quién se va a creer que Zapatero es un desleal, un oportunista, un carroñero? ¿El hombre que ofrece pactos de Estado, que muestra el mejor de los talantes, que espera con paciencia? A una oposición no se le puede pedir más, salvo que deje de existir.

P. Usted fue el primero en presentar una moción de censura contra Fraga, una decisión polémica. Se puede pensar que, en medio de la tormenta, no es el mejor momento para pedirle al capitán que se vaya.

R. Según pasa el tiempo, más claro tengo que fue una decisión justa, necesaria y oportuna. Cuando el Gobierno no es capaz de tomar la dirección de los acontecimientos, cuando el presidente Fraga desaparece y se va a Madrid de caza, cuando se rebela el sentimiento de frustración y abandono entre la gente y casi en régimen de autoconvocatoria se reúnen decenas de miles de ciudadanos para gritar 'Nunca máis' y reclamar dimisiones... Todo eso exigía una respuesta política por lealtad a la ciudadanía y a las instituciones. Y ahora necesitamos se dé la palabra al pueblo cuanto antes, que se constituya un nuevo Ejecutivo fortalecido por el apoyo ciudadano, que sea capaz de poner en marcha todo lo que necesita un país que ha quedado muy dañado. Vamos a perder entre un 4% y un 5% del PIB, están en riesgo 40.000 empleos, se pueden calcular ya unos daños por valor de 250.000 millones de pesetas... Ésta es una crisis de gran calado que no se arregla con indemnizaciones. Si no hay una respuesta política, ¿vamos a seguir con la autoorganización ciudadana y el asamblearismo permanente?

P. Al margen de que el PP magnificase el episodio, o precisamente por eso, ¿no ha dañado la credibilidad del PSOE la actuación de su portavoz en el Congreso, Jesús Caldera?

R. Los ciudadanos distinguen entre lo que pueda ser erróneo pero anecdótico de lo verdaderamente sustancial. Aquí, por ejemplo, tenemos un vicepresidente del Gobierno que ha estado ocultando información y mintiendo, incluso en el Parlamento. Y eso no se puede tapar con un error de un diputado de la oposición.

P. Esa sensación de abandono del Estado que sienten muchos gallegos parece terreno abonado para el mensaje nacionalista.

R. No creo que los ciudadanos hayan sentido tanto un abandono por parte de 'Madrid', para entendernos, como la percepción de que no ha habido capacidad de respuesta por parte de gobiernos con nombres y apellidos, en Madrid y en Santiago. Los gallegos no se han sentido discriminados por su origen, sino maltratados por la ausencia de políticas de compromiso con lo público y con los ciudadanos.

P. Sus relaciones con el BNG se habían deteriorado mucho en el último año. ¿Esta crisis los condena a acercarse?

R. El debate de la censura ya creó un terreno común, porque al final hubo dos mociones y nos apoyamos mutuamente. También se pudo ver que había un espacio común de reflexión y de crítica, de defensa de la necesidad de un cambio profundo de las políticas públicas. Eso marca un antes y un después en nuestras relaciones y en la búsqueda de una alternativa al PP. Es pronto para decirlo, pero ese cambio se irá viendo poco a poco. Y hay que ir avanzando en ese terreno: que desde la autonomía de cada uno busquemos puntos de coincidencia, para generar una alternativa. Ahora vienen unas elecciones municipales y tendremos que competir otra vez. Pero creo que nos reforzarán a los dos y que el PP sufrirá una derrota importante.

Emilio Pérez Touriño.
Emilio Pérez Touriño.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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