La Sindicatura de Comptes constata que las cuentas de las empresas públicas no reflejan su realidad
La Sindicatura de Comptes evita mencionar que la contabilidad de las empresas públicas correspondiente al ejercicio 2001 es "reflejo fiel" de su realidad patrimonial. La omisión no es baladí, es la fórmula que utiliza el Síndic para evitar una redacción crítica del corte: "La contabilidad no es reflejo fiel...". Pero no ha pasado desapercibida a la oposición parlamentaria.
Cristina Moreno, portavoz socialista, someterá al grupo parlamentario las principales conclusiones del informe la próxima semana para estudiar las posibles preguntas a formular al Consell pero, sobre todo, para estudiar posibles denuncias judiciales ante el cúmulo de irregularidades e ilegalidades que señala el Síndic. "El informe demuestra que el responsable de Hacienda sólo se ha esforzado por ocultar información", comentó Moreno, "no por dejar hinchar los ingresos como los ejecutivos de Enron", una de las multinacionales estadounidenses que falsearon su contabilidad en los últimos años.
Joan Antoni Oltra, de Esquerra Unida, comentó a Europa Press que las prácticas contables del Consell descritas por el informe del Síndic "se acercan más al modelo de corrupción de una república bananera que al de una Administración moderna y objetiva como debería ser la Generalitat Valenciana" y también se detuvo en el "despilfarro" de las empresas públicas para encubrir el déficit.
Vicente Rambla, consejero de Hacienda, anticipó el tono de sus posibles réplicas ante los diputados cuando dijo que el informe del Síndic "ha renocido la robustez financiera de la Generalitat Valenciana". La preocupación de Rambla por el volumen de la deuda pública resultó patente cuando aludió al ligero descenso de su valor absoluto apuntado por el Banco de España durante el tercer trimestre y a la buena calificación que mantiene la deuda emitida por la Generalitat de acuerdo con las agencias internacionales de calificación.
Alejandro Font de Mora, portavoz del PP, por su parte, defendió la transparencia de las campañas de publicidad institucional contratadas por la Generalitat. El informe del Síndic se detiene en una campaña contratada por la Agència Valenciana de Turisme y pagada por otras diez empresas sin contrapartida alguna.
