El fuel vertido por el 'Prestige' alcanza la costa francesa
El juez pide al Gobierno los informes que justificaron el alejamiento del buque
La amenaza negra del combustible vertido hace 48 días por el petrolero Prestige alcanzó ayer por primera vez la costa francesa. Las playas situadas al sur de Biscarrose, una localidad turística a unos 70 kilómetros de Burdeos, y las playas de Cap Ferret, en la bocana del gran lago marino de Arcachon, principal espacio de producción de ostras de Francia, fueron ensuciadas por pequeñas bolas del viscoso chapapote.
El Centro de Investigación y Experimentación de Contaminaciones Accidentales de las Aguas (CEDRE) y el Laboratorio de Análisis de Vigilancia y Peritaje de la Marina francesa confirmaron que el combustible que alcanzó ayer las playas francesas procede del petrolero hundido a 131 millas del cabo de Finisterre.
Las manchas de fuel que llegaron al litoral francés "flotaban entre dos aguas, indetectables a la vigilancia aérea", según explicaron las autoridades de la Prefectura del Atlántico. Estas bolas de chapapote son la avanzadilla de una placa gigantesca que, empujada por los vientos de los últimos días, navega paralela al litoral cantábrico con dirección a la costa francesa, de la que se encuentra ahora a unos 250 kilómetros.
El Gobierno francés activó ayer el plan de emergencia que le permite requisar los recursos humanos, materiales y financieros para luchar contra la llegada a sus costas de mareas negras.
El juez de Corcubión que investiga el accidente del Prestige ha fijado su atención en la actuación del Gobierno español en los primeros días de la catástrofe. El juez ha solicitado al Ministerio de Fomento los informes en los que basó su decisión de alejar el barco y no permitir su atraque en A Coruña.
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