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El empresario Roberto Colaninno propone un ambicioso plan para salvar a Fiat de su crisis

La propuesta satisface la voluntad de Berlusconi de que el grupo siga en manos italianas

El empresario italiano Roberto Colaninno ha propuesto a los acreedores de Fiat un ambicioso plan de más de 8.000 millones de euros para salvar al grupo automovilístico, según fuentes cercanas a la negociación. El plan, que recibió las bendiciones del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, propone la inyección de alrededor de 3.000 millones de euros por parte de un grupo de empresarios encabezados por Colaninno, que presidió Olivetti y Telecom Italia. Umberto Agnelli anunció ayer en un comunicado que la empresa continúa con su plan de reestructuración y que no existen más proyectos.

La iniciativa para rescatar a Fiat de su penuria económica, publicada el pasado lunes en la página de Internet del diario italiano La Repubblica, ya se ha trasladado a los principales acreedores del grupo y a Silvio Berlusconi. El plan consistiría en que Roberto Colaninno, que presidió Telecom Italia entre 1999 y 2001, ocupase la presidencia de Fiat al adquirir una participación mayoritaria.

El triunfo de las pretensiones de este empresario, aún en una fase muy preliminar, supondría la pérdida de poder de los Agnelli, que durante más de un siglo han permanecido al mando del grupo automovilístico. En el mejor de los casos, la familia Agnelli, que posee un 30% de Fiat, tendría que compartir el control con otros empresarios italianos.

Para sacar al gigante automovilístico de los números rojos, el plan de Colaninno establece una aportación de entre 2.500 y 3.000 millones de euros por parte de un grupo de inversores italianos, a los que se sumarían otros 4.000 millones provenientes de desinversiones del grupo. También se contempla un intercambio de acciones con General Motors, propietario del 20% de Fiat Auto. La compañía italiana tiene la opción de obligar a General Motors a comprar el 80% restante, según el acuerdo que firmaron en marzo de 2000, aunque esta obligación también desaparecería de ejecutarse estos planes.

Umberto Agnelli, hermano del presidente de honor y patriarca de Fiat, Giovanni Agnelli, subrayó ayer en un comunicado que la empresa continúa con su plan de reestructuración y que no existen más proyectos al margen. No obstante, un alto ejecutivo del grupo aseguró: "En última instancia, es factible. Hay una cosa clara: Colaninno tiene el dinero".

Interés de Berlusconi

Quien sí ha aludido de manera directa a este proyecto es Silvio Berlusconi. "Hay grupos de empresarios que han mostrado interés", aseguró el primer ministro, que sugirió también que General Motors no ampliará su presencia en Fiat. "Con la caída del interés de General Motors, el Gobierno espera que haya un interés por parte de empresas italianas. La puesta en marcha de la idea del empresario Colaninno haría realidad el deseo de Berlusconi de que Fiat pertenezca principalmente a capital italiano.

Roberto Colaninno es conocido principalmente por haberse hecho con el control de la firma de telefonía Telecom Italia en 1999. Colaninno, entonces presidente de Olivetti, empresa propietaria del 54% de Telecom Italia, encabezó un grupo de empresarios que pagó unos 30.000 millones de euros para hacerse con el control de la firma telefónica. Colaninno la abandonó en 2001, cuando otro consorcio empresarial forzó su salida.

La división automovilística de Fiat atraviesa un profundo bache económico que ha llevado a la compañía a anunciar el despido de 8.000 trabajadores y a prever pérdidas superiores a los 1.200 millones de euros en 2002. Los bancos concedieron un crédito de 3.000 millones de euros a condición de que la compañía se reestructurase. La crisis generó malestar en la cúpula, aunque la empresa confirmó en diciembre a Paolo Fresco como presidente.

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