Predicar y no dar trigo

Me sorprende la escasez de inversiones en ecuación que tenemos en Andalucía, aunque no sé si debería sentirme afortunada, ya que en Extremadura este asunto está aún peor. Esto viene porque se han eliminado las ayudas a los estudiantes de tercer ciclo que se tenían previstas para el curso 2002-2003, y ¿por qué? En fin, quizás sea porque el dinero se ha invertido en la campaña que nos sigue anclando en un pasado de dependencia, y me refiero a la campaña del PER. Cosa que parece más importante que fomentar iniciativas que posibiliten el prestigio, la independencia y la creatividad de todos los ciudadanos. Muchos son los que critican la ley de calidad, pues bien, esta ley apuesta por crear independencia a través de la educación, aspirando a una sociedad emprendedora, que mire el futuro y lo demuestra con hechos: aumentado el presupuesto en educación. Claro está que algunos que pasan parte de su tiempo en Finlandia, prefieren apostar por iniciativas arcaicas de la Andalucía subyugada a la limosna que ha originado el PER y que muchos, a pesar del consabido alarde de modernidad, no cesan en abanderar iniciativas ancladas en la faceta más oscura de nuestro pasado y, por desgracia, de nuestro presente en nuestra tierra, cayendo en el mucho predicar y no dar trigo, pues no quieren ni ley ni calidad.