"Poco a poco se impone la sensatez"
Franciso Iglesias (O Grove, 1960) es el último ejemplar de una saga de pescadores de la ría de Arousa al que le ha tocado vivir el momento más dramático: la lucha contra el chapapote. Patrón mayor de su pueblo y líder de los huelguistas de hambre que han conseguido con su protesta la promesa de los medios que pedían, está exhausto, pero orgulloso del éxito.
Pregunta. ¿Cree que han ganado la batalla al Gobierno?
Respuesta. Yo lo que veo es que han cedido a nuestras pretensiones. Que no eran nada raro, como se ha visto. Sólo hacía falta un poco de voluntad. Queremos medios para defender la ría, nuestra forma de vida, la riqueza de Galicia. Han quedado en evidencia, porque siempre dijeron que ya tenían todos los medios, y ahora admiten que están llegando desde Alaska. O sea, que no los tenían.
"El 'conselleiro' vino a decirnos que éramos unos alarmistas; que el fuel nunca llegaría"
P. ¿Se han sentido apoyados?
R. Completamente. Aquí no éramos los patrones, ni los pescadores: todo el pueblo estaba en lo mismo. El apoyo ha sido increíble, yo recibía más de 100 llamadas diarias. Y a mi mujer, a todo el mundo, le mostraban el apoyo. Ha sido una pasada, eso nunca se dio en Galicia, o al menos en estos pueblos de las rías, los que yo conozco. La gente vio que lo que se pedía era lo mínimo necesario.
P. ¿Ayudó a ese apoyo el desprecio de Fraga, o de Cascos?
R. Yo no lo entendí. Es que parecía que estaban enfrentándose a políticos profesionales, cuando se insultan en el Parlamento. Y no: somos trabajadores, yo salgo cada día con mi barco, como todos, a ganarme el pan de mis hijos. Sólo quería proteger eso, nada más. Bastaba con lo que han hecho al final: reconocer el error, decir que pondrán los medios y apoyar a los que hemos estado desde el primer día sacando chapapote con nuestras manos, sacándole las castañas del fuego a la Administración, que no estaba allí cuando hacía falta.
P. ¿Se sintieron engañados?
R. Por completo. Cuando se hundió el barco, les avisamos: ojo que eso puede venir a las Rías Bajas, dadnos medios. Y el conselleiro de Pesca, Enrique López Veiga, vino aquí a decir que éramos unos alarmistas, que nunca llegaría. Rajoy lo mismo. Y cuando entró, tuvimos que ser nosotros los que lo paramos. Luchando como bestias. Y encima las televisiones, o algunas innombrables, diciendo que no había fuel. Para colmo, llegábamos a los puertos con toneladas y no había contenedores. Quedaron muy mal: por incompetentes, por mentirosos. Sabíamos que llegaría. Si nos hubieran puesto los medios cuando los pedimos, se habrían salvado las Cíes, y Ons, y Sálvora. Nadie se pone a construir una ambulancia cuando hay un accidente, hay que tenerla hecha por si acaso. Había tiempo y no quisieron. Por eso el cabreo. Por eso las manifestaciones nunca vistas en Galicia.
P. ¿Le sorprendió la respuesta en masa de la gente?
R. Mira, nosotros somos marineros, vivimos de esto. Y si algo va a destrozar tu medio, y ves que nadie hace nada, pues coges el barco y te lanzas a por ello. Con las manos, con lo que sea. Menos mal que había buena mar, porque al final, de aquélla manera, lo paramos: no entró en las rías.
P. Los pueblos donde más protesta hay tienen alcaldes del PP.
R. La mayoría de la gente de las rías es autónoma, pequeños empresarios. Siempre se dice que los pescadores son conservadores. Pero eso da igual, el caso es que mintieron como bellacos y traicionaron a la gente: es muy grave que te mienta tu conselleiro en tu cara.
P. ¿Por qué les dan ahora los medios que pidieron hace un mes? ¿Eran muy difíciles de conseguir?
R. Ya se vio que no tanto. Se los pedimos decenas de veces, desde hace un mes. Nos tomaban el pelo, nos exigían que lo pusiésemos por escrito, decían que las barreras no sirven de mucho... llegaron a comentar que se pasaban de presupuesto. Te imaginas a un padre diciéndole a su hijo, en una situación crítica: 'No te podemos operar porque no tenemos presupuesto'. Un buen padre pediría un crédito, trabajaría de noche, lo que sea. El coste de lo que pedíamos era de unos 12 millones de euros. ¿Cuánto valen las Rías Bajas? Es una emergencia total, no puede haber límites de dinero. Fue entonces cuando nos pusimos en huelga de hambre. Ha sido duro, pero ha valido la pena.
P. Y así han logrado lo que querían y les llaman héroes.
R. Se equivocan. Porque lo que ha hecho el Gobierno es darse cuenta de que todo el mundo estaba con nosotros. Se dieron cuenta de que ir contra todos los pueblos de marineros era un suicidio. Parece que poco a poco, muy poco a poco, se impone la sensatez. Esto demuestra que cuando le gente tiene razón, acaba ganando.
P. ¿Han llegado ya los medios que prometen?
R. Hombre, vamos a darles un margen hasta el viernes, cuando nos reuniremos con ellos. Luego comprobaremos, zona por zona. La gente ya no se fía del todo, pero es que si no lo hacen el tirón de orejas va a ser tremendo. No creo que caigan tantas veces sobre la misma piedra.
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