Populares y socialistas 'calientan' el debate sobre Aguas de Valencia que se celebra hoy en las Cortes

Populares y socialistas se han ensarzado en una áspera discusión sobre los recientes hechos ocurridos alrededor de la empresa Aguas de Valencia, respecto de los cuales comparece hoy en las Cortes Valencianas la consejera portavoz, Alicia de Miguel, para informar de cuál fue su participación y la del ex presidente de la Generalitat en el intento de configurar un grupo mediático afín al PP con el concurso de la empresa francesa Bouygues.

El pasado viernes, en la reunión de la ejecutiva regional de su partido, Zaplana mostró su preocupación por lo que denominó "mapa mediático valenciano". Preocupación que concretó Francisco Camps el sábado y ayer mismo por si quedaba alguna duda y para no ser tildado de tibio por las altas instancias populares. A la partida también se han sumado dos portavoces del PP: Font de Mora y Esteban González. El primero para anunciar una supuesta querella contra los socialistas por "financiar con dinero público a un diario propiedad del PSOE". El segundo, en otra onda, para responsabilizar de todo los ocurrido a los ex directivos de Aguas de Valencia.

Esteban González justificó el despido de Aurelio Hernández y de Francisco Pontes "por maltratar el patrimonio de la empresa y presuntamente utilizarlo en su propio beneficio". El senador, además, opinó que ambos ex ejecutivos actuaron "por venganza y por rencor" y "están haciendo circular una serie de papeles que casi seguro están manipulados y no responden a la intención con que los han filtrado". González no dijo nada sobre la posibilidad de expedientar a Aurelio Hernández en el Partido Popular.

Los socialistas, por su parte, a través de su vicesecretario general, José Luis Ábalos, la emprendieron con el candidato del PP a la presidencia de la Generalitat. De Camps afirmó Ábalos que había mantenido una actitud "autista" durante todo el caso de Aguas de Valencia, que ha cambiado este fin de semana porque, a juicio del portavoz socialista, "parece ser que en la última reunión del ejecutivo del PP ha debiso de ser reprendido", y el que "sigue teniendo el poder del partido en la Comunidad Valenciana, les ha debido advertir que en esta cuestión iban todos juntos".

Ábalos añadió que "toda esta situación está generando una respuesta a la que ha sido una política del PP que ha pretendido comprar y silenciar todo símbolo de crítica de la sociedad civil".