El jefe de los inspectores de Naciones Unidas admite que el informe aporta "muy pocas cosas nuevas"

El jefe de los inspectores de armas de la ONU, Hans Blix, dijo ayer ante el Consejo de Seguridad que la declaración presentada por Irak aportaba "muy pocas cosas nuevas", y consideró que la información facilitada por el Gobierno de Sadam Husein era insuficiente.

"Se ha perdido una oportunidad", afirmó al término de la reunión con los miembros del Consejo de Seguridad, "porque Irak podría habernos dado más datos. Aún podemos recibir oralmente la información necesaria, pero habría sido mucho mejor que la incluyeran en la declaración". "Siguen quedando muchas preguntas sin respuesta", añadió.

Blix, jefe de la Unmovic, y Mohamed Elbaradei, jefe de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA), presentaron sus conclusiones preliminares en una reunión a puerta cerrada, a la que sólo pudieron acceder las delegaciones de los 15 países miembros del Consejo de Seguridad. Según las explicaciones posteriores de ambos, elogiaron en su informe la actitud iraquí durante las primeras inspecciones. "El Gobierno iraquí está cooperando con nosotros y, por el momento, no ha puesto ninguna dificultad a nuestro trabajo", dijo Blix.

Las quejas se centraron en la declaración iraquí sobre el estado de sus arsenales. "Cuando los inspectores abandonaron Irak en 1998, había muchas preguntas sin respuesta. Y siguen quedando muchas preguntas sin respuesta", declaró el jefe de Unmovic, quien detalló a continuación algunos de los misterios sobre las armas en poder del presidente irquí, Sadam Husein.

Una de ellas se refería al ántrax. "En 1998, Irak disponía de 80.000 litros de ese producto. La declaración no aporta pruebas de que ese material fuera destruido en su totalidad. Además, según nuestros datos, Irak tenía capacidad para fabricar más de 200.000 litros de ántrax", explicó.

Tampoco se había documentado el paradero de 550 proyectiles de artillería cargados con gas mostaza, de 50 misiles de largo alcance y de 200 toneladas de gas nervioso VX.

Elbaradei también expresó dudas sobre la situación real del programa nuclear iraquí. Irak adquirió recientemente un cargamento de tubos de aluminio que, según Estados Unidos, estaba destinado a la producción de material radiactivo. "Lamentablemente, en las 12.000 páginas de la declaración no existe referencia alguna a esos tubos de aluminio", comentó. "La mayor parte del material aportado era una simple copia de documentos entregados anteriormente, y encontramos muy poco sobre programas nucleares entre 1998 [cuando el equipo de inspectores dirigido por Richard Butler fue expulsado de Irak] y la actualidad", añadió.

Blix insistió en que su trabajo sólo estaba comenzando, y recomendó al Gobierno iraquí que fuera más explícito en el futuro. "Cuanta más información proporcionen, más fácil será confiar en su veracidad", indicó.