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Entrevista:LUIS GARCÍA BERLANGA | Director de cine | ESTRENO

"No sé por qué mi cine no envejece como el de otros"

Jesús Ruiz Mantilla

La vida le da continuamente la razón y pese a que ya quiere recluirse y que le dejen en paz, Luis García Berlanga, no puede. Hace 50 años que se estrenó Bienvenido, Mister Marshall, la primera película que dirigió él solo y ahora vuelve a los cines con un misterioso vigor, una juventud intacta, una frescura que deja atónito hasta al propio cineasta. Dijo adiós con esa provocación desnuda que fue París-Tombuctú, la película suya que más le satisface ahora, pero asegura que mantiene la creatividad, como demuestra un corto que ha rodado en un día, titulado El sueño de la maestra y que se exhibe antes de Bienvenido... ahora. También los políticos se empeñan en perseguirle, ¿o no es el fregao de sus actitudes en la crisis del Prestige un sainete inspirado directamente en La escopeta nacional? Él mismo se explica, se sorprende y se sigue preguntando a sí mismo con 81 años cumplidos.

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Pregunta. Con el tiempo, ¿qué cree que le debe usted a Bienvenido, Mister Marshall?

Respuesta. No es mi película favorita, pero quizá sí la más entrañable. Además fue como el segundo premio de la lotería, cuando nos tocó aquel galardón en Cannes, porque llegó cuando la iban a quitar, pero se siguió viendo en los cines.

P. Y cuándo la analiza 50 años después, ¿qué le sorprende?

R. Yo nunca veo mis películas una vez terminadas. Pero el otro día, en un pase al que fueron autoridades, la tuve que volver a ver porque no pude hacer el feo de marcharme de la sala. Y me gustó la experiencia. Me sorprendí porque en el rodaje yo era muy inexperto y los del equipo me lo pusieron muy difícil porque decían que quién era ese niño pijo que venía a darles lecciones. Ahora me gustaron muchas cosas, el ritmo de la narración, los cortes de plano fijando la imagen, los sueños, me pareció que era técnicamente muy buena.

P. ¿Porqué cree que su cine sigue llamando la atención hoy?

R. No sé por qué mi cine no envejece como el de otros. Quizá por la naturalidad que intento dar, por el aire, por los actores, por los temas.

P. O también porque los políticos le dan la razón cuando se van de caza, como en La escopeta nacional.

R. Sí. Además fue precisamente Fraga el que me dio la idea de la película. Surgió porque me contaron que en una cacería le había pegado un perdigonazo en el culo a la hija de Franco. Él creía que lo iban a cesar por eso, pero luego Franco le consoló y no pasó nada.

P. El caso es que Fraga no sería uno de sus héroes porque, según usted ha dicho, su tema recurrente es el fracaso.

R. Sí. Todas mis películas tratan de una persona o un grupo de personas que quieren algo y no lo consiguen. En el caso de Bienvenido... el protagonista es un pueblo que quiere el maná y no le cae; en El verdugo un hombre que no quiere matar, pero lo hace porque le dan un piso a cambio del asesinato legal... Me rendiría ante quien me demostrara que en mis películas no existe fracaso final. Aunque todos también tienen el triunfo del antihéroe, cuyo premio es que pueden acabar aguantándose a sí mismos.

P. ¿Y no tiene morriña del oficio?

R. Conservo la creatividad y hay momentos en los que creo que incluso físicamente aguantaría un rodaje, pero no lo hago por otros motivos. Tengo un deseo de soledad, de encerrarme con mis cosas y apartarme de compromisos. Así que, a ver, coño, si me dejáis en paz.

P. Pero luego va usted y acaba de hacer un corto.

R. Bueno, no es una película, yo lo he filmado como una falla de Luis García Berlanga. Se llama El sueño de la maestra, la protagoniza Luisa Martín y es otro alegato contra la pena de muerte. Trata de una profesora que sueña que mata a sus alumnos.

P. ¿Y no le gustaría tampoco escribir un guión con Rafael Azcona?

R. Me gustaría sentarme con Rafael y que se nos ocurriera algo juntos, pero no hacerlo, ni escribirlo, simplemente imaginarlo. También me haría feliz que a Rafael le gustara la idea de volver a hacer algo conmigo y en esa idea siempre tendría que haber alguien que le diera una patada en el culo a otro, si no no sería algo nuestro.

P. Su proyecto de La ciudad de la luz, que incluye un estudio para producciones cinematográficas y una escuela, también le quitará tiempo para estar solo...

R. Sí, pero es bueno ver que lo que creías que era un sueño irrealizable se vuelve real. Va demasiado bien, queremos inaugurarlo en marzo de 2003. Esperemos que se acaben las obras a tiempo.

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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