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Los efectos del vertido más negro | CATÁSTROFE ECOLÓGICA

La marea negra afecta ya a la mitad de las playas de Galicia y del litoral Cantábrico

Medio Ambiente prohíbe a los voluntarios participar en la limpieza de las zonas rocosas

La marea negra desprendida del pretrolero Prestige desde que rompió sus tanques hace más de un mes afecta ya a más de la mitad de todas las playas gallegas y las del mar Cantábrico (505), que suponen más del 41% de todo el litoral español. El ministerio de Medio Ambiente ofrecerá a partir de hoy desde su página web (www.mma.es) informacion actualizada a diario del estado de estas playas y costas invadidas por el fuel. Ayer participaron en su limpieza 7.200 personas y han sito retiradas en total 19.200 toneladas de residuos, en muchos casos procedentes de playas limpiadas con anterioridad.

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Con un mes de retraso, el Ministerio de Medio Ambiente estrenará hoy una página dedicada exclusivamente a las tareas de limpieza de las playas afectadas por la marea negra. El secretario de Estado de Aguas y Costas, Pascual Fernández, dijo que esa información que ahora se hace pública se ha estado elaborando diariamente por su departamento.

A las seis de la tarde de cada día, la comisión que gestiona la limpieza recibe un estadillo con la longitud y afección de cada tramo del litoral. A partir de ahí se evalúan las necesidades de trabajo y se decide la logística, las necesidades de avituallamiento y la recogida de contenedores. Se distribuye el personal y los materiales necesarios para la tarea del día siguiente.

Según el estadillo de ayer, de las 1.064 playas existentes en todo el litoral atlánticogallego y el Cantábrico, hay 505 afectadas; 215 están aparentemente limpias, aunque el dato varía de un día a otro por la constante llegada de grumos viscosos de fuel; 94 presentan restos de fuel y 91 grumos dispersos; 16 contenían grumos abundantes y cinco están completamente cubiertas de combustible. Son las de Porto Negro, Simprón, Lariño y Ardeleiro, en el municipio de Carnota, y la de Ancoradoiro, en el de Muros. La provincia de A Coruña tiene 127 kilómetros de su litoral afectado.

La productividad del personal de limpieza ha descendido, según Fernández, porque, salvo en las playas muy afectadas, se recoge menos cantidad de residuo y más esparcido. De las 7.200 personas que intervinieron ayer en estas tareas, 2.264 eran voluntarios; 3.200 pertenecen a las Fuerzas Armadas y 1.700 son personal de las Administraciones públicas o contratados por ellas. El secretario de Estado volvió a agradecer la participación desinteresada de los voluntarios y alabó la gestión que llevan a cabo los responsables de las ONG sociales (Cruz Roja y Cáritas) y ecologistas, donde están todas las de ámbito estatal y la gallega Adega, "que está desarrollando una labor magnífica".

Desde Medio Ambiente se vuelve a insistir que ningún voluntario acuda a Galicia o el Cantábrico por su cuenta. Se quiere evitar a toda costa cualquier riesgo de accidente. Por eso se ha prohibido terminantemente que limpien las zonas rocosas. "De momento, no las vamos a limpiar", afirma Pascual Fernández, porque están a la espera de recibir un informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el que "nos digan cómo debemos hacerlo".

No se podrán utilizar ni métodos agresivos ni disolventes. Según les ha aconsejado el centro de investigación de catástrofes marinas francés CEDRE, hay que esperar a que los componentes volátiles del combustible desaparezcan y que el embate de las olas haga su trabajo y deteriore las primeras capas.

Por ahora, ningún voluntario ni nadie debe trabajar en esta tarea. Es muy delicada. Lo harán especialistas que probablemente tendrán que ir provistos de arneses y utilizar agua marina a presión para eliminar riesgos", añade el secretario de Estado.

170.000 equipos de limpieza

Hasta el momento, el ministerio y las Administraciones públicas regionales han facilitado a través de la empresa pública Tragsa 170.700 equipos de limpieza, 30.600 herramientas y 13.460 contenedores, que al parecer son insuficientes. Una de las peticiones que formuló el vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, a las constructoras fue la necesidad de proveer maquinaria ligera y equipos de obras públicas que permitan acceder a lugares a los que difícilmente llegan los transportes convencionales.

Les pidieron también contenedores, como los que participaron en la limpieza de la balsa de Boliden en Aznalcóllar (Sevilla). La petición fue rápidamente atendida. Según Fernández, en unas horas llegaron 3.000 contenedores, algunos de ellos hasta Guipúzcoa por precaución, ya que allí aún no ha llegado la marea negra.

Al ministerio llegan ofertas de soluciones de limpieza de todo el mundo, que remiten al CSIC para su evaluación. De momento, la limpieza en tierra prefieren hacerla con cautela y evitar lo que sucedió con el Erika en Francia. La utilización de maquinaria pesada recogió 200.000 toneladas de residuos de un vertido de 10.000.

Decenas de voluntarios limpian de chapapote la playa de Canesol, en la isla de Ons.
Decenas de voluntarios limpian de chapapote la playa de Canesol, en la isla de Ons.RICARDO GUTIÉRREZ

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