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Reportaje:

España investiga el terrorismo en Kosovo

Las pistas del atentado del viernes en Kosovo conducen a un terrorista internacional con lazos en Madrid

Jorge A. Rodríguez

El policía Víctor Pérez Sañudo inspeccionó el escenario del crimen: el restaurante Leona de Pristina (Kosovo) había quedado destrozado el viernes por la explosión de un coche bomba. La Unmik Police (la policía de la ONU en Kosovo) sabía que el atentado, que provocó 32 heridos, iba dirigido contra Enver Sekiraqa, ex colaborador de la policía serbia y ahora traficante de drogas. Pero necesitaban un experto en explosivos para seguir avanzando. El oficial de policía Pérez Sañudo, miembro de los Tedax e integrado en el contingente de policías españoles destinado a esa zona, se puso manos a la obra y descubrió un compló terrorista con ramificaciones internacionales.

El atentado, el tercero que sufre Sekiraqa desde el final de la guerra de 1999, había sido instigado supuestamente por Reustem Remi Mustapha, antiguo jefe de la guerrilla UÇK en la zona de Llap y hoy en prisión por crímenes de guerra. Remi, también ex jefe de los servicios secretos de la guerrilla, está acusado "de múltiples ejecuciones de albaneses, teóricamente vinculados con las autoridades serbias en Kosovo".

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La policía de la ONU sospecha que pretendía matar a Sekiraqa "para evitar que pueda facilitar información sobre los crímenes cometidos, aunque es posible que se trate de una venganza personal". La investigación se había atascado en el porqué, pero hacía falta un análisis de los restos del coche para conocer con precisión el cómo.

Las pesquisas de Pérez Sañudo, entrenado en los atentados con coche bomba de ETA en España, le llevaron a la conclusión de que la acción no era un mero ataque "sino una acción concertada y organizada, con pluralidad de sujetos, uno de los cuales al menos tiene instrucción terrorista". El policía había llegado a esa conclusión tras conocer que la bomba, compuesta por entre diez y 20 kilos de explosivo militar, había sido activada con un mando a distancia. "El tipo de mando a distancia, las modificaciones introducidas en el mismo, el tipo de material encontrado en la zona de la explosión y el procedimiento seguido hacen pensar que la persona que fabricó la bomba es un experto instruido en acciones terroristas".

Colocación errónea

Además, el artificiero se mostró convencido de que quien colocó el coche no fue la misma persona que fabricó la bomba, ya que la explosión había sido orientada hacia la carretera y no hacia la acera. "De haber sido así [la misma persona], habría sabido orientar la carga para conseguir el objetivo pretendido". El fabricante del artefacto posiblemente no sea kosovar. "Existe la posibilidad cierta de que se trate de un extranjero vinculado con movimientos terroristas internacionales, contratado para fabricar la bomba, o quizás puedan existir vinculaciones más profundas entre la delincuencia organizada albanesa y el terrorismo internacional", según fuentes policiales.

A la vista de los resultados, la policía de la ONU ha pedido a la española que analice en Madrid los restos recogidos en la explosión para intentar "arrojar una cierta luz sobre la identidad de la persona que fabricó el artefacto". Además, las investigaciones han apuntado a una posible conexión en España: Astrid Blaqori, uno de los autores del atentado perpetrado en julio pasado contra Sekiraqa, "pudiera estar refugiado en España".

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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