Serbia y Kosovo conversan en Viena por primera vez desde el fin de la guerra
La agenda excluye el principal punto de fricción: el estatuto definitivo de la provincia
La primera ronda de conversaciones oficiales entre las autoridades de Serbia y Kosovo tras la guerra de 1999 ha empezado esta mañana en Viena gracias a las presiones de la comunidad internacional, especialmente de la UE. Pese a que ambos bandos siguen mostrando un gran rencor recíproco, el Alto Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad, Javier Solana, ha calificado como "muy, muy importante" el encuentro.
Aunque ambos bandos han amenazado con boicotear la reunión hasta casi el último minuto, finalmente el primer ministro serbio, Zoran Zivkovic, y el presidente de Kosovo, Ibrahim Rugosa, se han visto las caras por primera vez tras la guerra. Las conversaciones han evitado el tema crucial del estatus de Kosovo, bajo mandato de la ONU desde el fin de los bombardeos lanzados por la OTAN para acabar con la limpieza étnica que Serbia llevaba a cabo contra los albano-kosovares. Serbia sigue insistiendo en que Kosovo es parte de su territorio mientras que los kosovares insisten en la independencia de Belgrado.
El diálogo se ha centrado en asuntos técnicos y prácticos que puedan devolver la confianza a ambas partes de cara a una reconciliación y continuarán, a nivel de técnicos y expertos, en el mes de noviembre. Así, el suministro eléctrico en la provincia y el destino de los miles de desaparecidos de la guerra han sido los primeros temas tratados. Los líderes de ambas delegaciones no han dejado demasiado espacio a la esperanza de reconciliación -no se han dado la mano y han ofrecido ruedas de prensa separadas-, pero la UE considera que ya es un paso adelante el haber reunido a ambas comunidades en la misma mesa.
Aunque Zivkovic ha declarado que "no ha habido un diálogo directo", se ha abordado, en particular, el asunto de los 3.700 desaparecidos, en su mayoría kosovares, de la guerra y el retorno de los 180.000 serbios de Kosovo que huyeron de la región tras el conflicto por temor a las represalias. Ambas delegaciones han preferido glosar estos asuntos antes de abordar el estatus jurídico de la región, aunque ambas partes han dejado claras sus posturas. Para los kosovares, la independencia de la provincia "está fuera de discussion", mientras que los serbios entienden que "Kosovo es parte de la unión de Serbia y Montenegro".
La reunión, que se celebra por las fuertes presión ejercidas por Estados Unidos, la ONU, la OTAN, la Unión Europea (UE) y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), ha sido inaugurada por el canciller federal de Austria, Wolfgang Schüssel, y está presidida por el jefe de la misión administradora de la ONU para Kosovo (UNMIK), el finlandés Harri Holkeri.
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