Récord de glaciares árticos derretidos
El derretimiento de los glaciares en el Ártico alcanzó el pasado verano niveles récord, según han informado los científicos. Esta pérdida de hielo, que significa un indicio más del rápido calentamiento en esa región del planeta, se debe en parte a las oscilaciones naturales del clima, explican los expertos. Pero los cambios inducidos por la acción humana, como las emisiones de gases de efecto invernadero, habrían acelerado y ampliado este efecto, añaden.
El pasado septiembre, al final del verano, la capa helada del océano Antártico se había reducido a cinco millones de kilómetros cuadrados antes de empezar a crecer de nuevo. Desde 1978, cuando comenzaron las mediciones directas del hielo marino desde satélite, la mínima media en verano había sido 6,2 millones de kilómetros cuadrados. La mayor parte de la capa marina helada fue más delgada de lo normal este año.
"Ha sido probablemente el verano más loco que he visto allí", afirma Mark Serreze, investigador del Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve, en Boulder (Colorado) y uno de los científicos que presentó la semana pasada los datos en una reunión de la Sociedad Americana de Geofísica, celebrada en San Francisco.
El tiempo fue anormalmente templado y borrascoso este año en el Ártico, fraccionando y derritiendo el hielo más fácilmente de lo normal. Esta reducción de la capa helada encaja con la tendencia registrada desde finales de los setenta y con las predicciones generales del calentamiento global.
Cambio climático
Otros datos, incluidos algunos tomados desde aviones, indican que el Ártico no ha estado tan libre de hielo desde los años cincuenta. Si la reducción de las capas heladas continúa al ritmo actual, la cobertura anual de hielo en el mar puede reducirse en un 20% hacia el 2050, y el Ártico podría estar libre de hielo durante los meses veraniegos, explica Serreze. "Seguiremos presenciando reducciones de la cubierta helada porque me parece que estamos teniendo un efecto climático, aunque la tasa de cambio es discutible", añade. Otros indicios, como el derretimiento del permafrost y la extensión de zonas arboladas hacia el norte también sugieren que el calentamiento es rápido e inusual.
Se espera que la reducción del hielo marino afecte a las corrientes oceánicas. El agua dulce del hielo derretido es menos densa que el agua salada y puede impedir que emerja a la superficie el agua de las profundidades marinas. Además el océano abierto se calentará más que el congelado, ya que el agua absorbe más del 80% de la luz solar, mientras que el hielo refleja el 80%. Los satélites también han detectado el derretimiento de hielo en unos 680.000 kilómetros cuadrados en Groenlandia, superando en un 9% el máximo de área derretida hasta ahora.
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