_
_
_
_

Defensa pone los siniestros de buques nucleares entre los riesgos para la seguridad nacional

La Revisión Estratégica alerta sobre la realización de operaciones militares desde Gibraltar

Miguel González

La Revisión Estratégica de la Defensa (RED), que fija las líneas maestras de la política española de Defensa hasta 2015, incluye entre los "nuevos riesgos emergentes" los "ataques y agresiones al medioambiente" y advierte de que sus consecuencias pueden ser "muy graves, particularmente si se ven involucradas instalaciones nucleares o buques y aeronaves militares portadores de sistemas de armas nucleares o de propulsión nuclear". El ministro Federico Trillo-Figueroa explicará hoy en el Parlamento la RED, que ha sido negociada con el PSOE y consultada con CiU y Coalición Canaria.

La RED, que se inspira en el modelo instaurado por el Reino Unido en 1998, coloca el "terrorismo exterior" como el mayor riesgo para la seguridad de España y afirma que, para hacerle frente, "se necesitará contar con las capacidades de las Fuerzas Armadas cuando las autoridades gubernamentales lo determinen".

Junto al terrorismo exterior, "la proliferación de armas de destrucción masiva, nucleares, biológicas, químicas y radiológicas", constituye "la mayor amenaza para la estabilidad". Por ello, considera "prioritario" establecer medidas para frenar dicha proliferación, incluidos los sistemas "de defensa antimisiles".

El documento acusa la huella del conflicto por el islote del Perejil al afirmar que "la configuración del territorio nacional de España, que incluye las ciudades de Ceuta y Melilla y sus islas y peñones [...] puede ser fuente de mayores riesgos". A su juicio, esta posibilidad "constituye uno de los factores claves de la estrategia defensiva de nuestra nación".

El Estrecho es objeto de especial atención. Por una parte, recuerda que por esa vía marítima "discurren las principales líneas de comunicación por las que fluyen los recursos básicos, sobre todo energéticos", de España; lo que hace que sean vulnerables, y que "una interrupción de las mismas tenga que considerarse un riesgo potencial muy serio".

Por otra, afirma que la colonia británica de Gibraltar no sólo constituye una "limitación al ejercicio de la soberanía" nacional y un "factor distorsionador para la acción exterior de España", sino que también supone otros problemas, pues "pueden desarrollarse operaciones militares ajenas a los intereses españoles desde el Peñón sobre espacios de interés estratégico para España".

Junto a los "riesgos principales" para la seguridad nacional, el documento describe otros riesgos" derivados de los "efectos negativos de la globalización". Entre ellos, cita los "ataques y agresiones al medioambiente", particularmente los siniestros con buques o aeronaves nucleares. De mayo de 2000 a mayo de 2001, el submarino nuclear británico Tireless estuvo en reparación en la base de Gibraltar y, el pasado 13 de noviembre, el submarino nuclear estadounidense Oklahoma colisionó con un gasero noruego frente a Estepona (Málaga), afortunadamente sin graves consecuencias.

El texto definitivo cita entre los "riesgos emergentes" el fenómeno de la inmigración, pero en términinos mucho más matizados que el borrador difundido por EL PAÍS el pasado 18 de noviembre. Si aquel texto hablaba de la "inmigración ilegal masiva", el que hoy presentará el ministro de Defensa se refiere a "los problemas que pudieran derivarse de movimientos migratorios extraordinarios incontrolados, provocados fundamentalmente por el desplazamiento de grupos de población afectados por carencias, conflictos o catástrofes y favorecidos por la actuación de organizaciones transnacionales dedicadas al tráfico de seres humanos".

Finalmente, menciona el "riesgo creciente" de ataques cibernéticos, mediante el "asalto a nódulos de comunicación".

Misiones de las FAS

Una vez establecidos los riesgos, la RED aborda la misiones de las Fuerzas Armadas españolas, que divide en tres grupos: las defensivas, las relacionadas con la cooperación internacional y las de apoyo a las administraciones civiles del Estado. "Las Fuerzas Armadas están a disposición del Gobierno de la nación para ser utilizadas en tareas para las que se considera apropiadas", con el objetivo de contribuir "a preservar la seguridad y bienestar de las ciudadanos", explica.

"Por organización, estructura, preparación y medios", argumenta, "pueden contribuir ocasionalmente a determinadas tareas propias de la administración civil", especialmente "ante situaciones de emergencia civil producidas por catástrofes naturales o humanas". La RED menciona una serie de ejemplos, a los que se ha añadido a última hora "la contribución conjunta de las Fuerzas Armadas para hacer frente a la catástrofe ecológica generada por el Prestige".

En este contexto hace, de manera implícita, la única alusión al papel de las Fuerzas Armadas en la lucha contra ETA, al recordar la vigilancia por soldados de la línea férrea del AVE en 1992.

Respecto a la eventual participación de tropas españolas en un ataque contra Irak, el documento dice que "las Fuerzas Armadas deben estar preparadas para actuar allí donde la situación lo haga necesario y en el marco multinacional más apropiado para el momento [pero] con respeto siempre a la legalidad internacional".

El submarino <b></b><i>Tireless,</i> a la salida de puerto de Gibraltar en mayo de 2001.
El submarino Tireless, a la salida de puerto de Gibraltar en mayo de 2001.JULIÁN ROJAS

Unas solas Fuerzas Armadas y no tres ejércitos

Si se compara con la Revisión Estratégica británica o con la Revisión Cuatrienal estadounidense, a la RED española le sobra literatura y le faltan matemáticas. Quien se acerque a ella con el propósito de saber cuántas brigadas o escuadrones de cazas tendrá España en 2015 quedará decepcionado. Ni siquiera fija el número total de efectivos de tropa, que la ley vigente sitúa entre 102.000 y 120.000, una cifra que el propio ministro ha calificado de "excesiva" y que hoy resulta inalcanzable. El documento se limita a señalar que la cuantía máxima de soldados y marineros profesionales vendrá dada por los leyes anuales de Presupuestos, aunque se tenderá hacia una tasa de encuadramiento del 50%. Es decir, habrá igual número de cuadros de mando (oficiales y suboficiales) que de soldados, como había defendido el PSOE, para potenciar a los especialistas. En realidad, la RED no se dirige tanto a la opinión pública como a las Fuerzas Armadas, para las que supondrá una revolución, al modificar sustancialmente las relaciones entre el órgano central y los cuarteles generales.Las Fuerzas Armadas se definen como una "entidad única", no la suma de los tres ejércitos, lo que se traduce en la potenciación del ministro, el jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) y el secretario de Estado de Defensa.El Jemad se convertirá en el verdadero jefe operativo de las Fuerzas Armadas, para lo que contará con un Mando de Operaciones, que realizará los planes operativos, el control de las operaciones, el planeamiento y conducción de los ejercicios y el seguimiento del adiestramiento. Todas las misiones permantes relacionadas con el ejercicio de la soberanía (como el control del espacio aéreo) pasarán al Jemad, que contará con una Fuerza Conjunta de Reacción Rápida, formada por un pool de unidades. Por su parte, los jefes de Estado Mayor de los tres ejércitos se limitarán a ser mandos orgánicos, responsables de la preparación técnica, táctica y logística de la fuerza.También se centralizarán las compras y la logística, bajo la dirección del Jemad y del secretario de Estado de Defensa, quien tendrá una gerencia para la obtención de los programas principales de armamento, otra para logística y una organización de apoyo a las exportaciones. Lo que no resuelve la RED es cómo financiar la compra de las nuevas armas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_