Tàpies exhibe los libros de artista que ha creado durante 50 años

"Los libros de bibliófilo se relacionan directamente con mi deseo de crear objetos mágicos, auténticos talismanes que comuniquen unas ideas y produzcan unos efectos en el espectador", explicaba Antoni Tàpies hace unos años. Ayer insistió sobre su interés por el objeto libro más allá de la significación de los textos en la presentación de la exposición Escritura material. Libros, que hasta el 9 de marzo de 2003 se presenta en la Fundación Tàpies de Barcelona y en primavera podrá verse en La Casa Encendida de Madrid.

"Estos libros consisten no sólo en lo que está escrito, sino en lo que dicen a través de su aspecto material, desde el soporte al tipo de papel", explicaba ayer Antoni Tàpies (Barcelona, 1923). En la exposición, pese a que las obras están en vitrinas y no es posible hojearlas, este aspecto objetual queda perfectamente remarcado. La comisaria de la exposición y directora de actividades de la fundación, Núria Enguita, se refirió a estas obras como "libros escultura", una definición que el mismo artista considera adecuada. En lo que ya no está de acuerdo es en que se les defina como "libros ilustrados" porque, afirma, "no ilustran un texto determinado" sino que lo acompañan. "Es una música de fondo que ayuda a captar una imagen o un pensamiento", señala Enguita. Antoni Marí, autor de uno de los textos del catálogo, señaló el carácter caligráfico de toda la pintura de Tàpies, pero no en el sentido de escritura sino porque entiende, a partir de su visión de la unidad de todas las cosas, que la forma subyace en la grafía que lo designa.

La exposición, que ocupa las tres plantas del centro y tiene una distribución cronológica, reúne más de ochenta libros y catálogos pertenecientes a la colección de la Fundación Tàpies y abarca un periodo de unos cincuenta años. El primer libro exhibido es Tres aguafuertes, con texto de Joan Brossa, datado en 1949 y el último aún está en proceso y va acompañado de partituras de Mestres Quadreny. Entre uno y otro pueden encontrarse obras tan emblemáticas como El pa a la barca (1963), Novel.la (1965) y Carrer de Wagner (1988), tres de los muchos libros que realizó en colaboración con Joan Brossa. "En ocasiones con él lo que hacía era enseñarle los dibujos que había hecho y él añadía el texto", señaló Tàpies.

También ha colaborado con otros muchos escritores como Octavio Paz -Petrificada petrificante (1978)-, del que explica que le pidió que cambiara el texto porque no le gustaba que en el título del primero escogido figurara la palabra "santo"; Rafael Alberti -Retornos de lo vivo lejano (1977)-; Josep Brodsky -Brodsky/Tàpies (1993)-, o Maria Zambrano -El árbol de la vida. La sierpe (1988-1989)-. Con algunos autores, como Pere Gimferrer, José Ángel Valente, Jacques Dupin y José-Miguel Ullán, por ejemplo, ha colaborado en varias ocasiones a lo largo de los años. De entre los que él destaca especialmente figura el libro Llull-Tàpies (1985), iniciado en 1973 y que recoge una selección de textos de Ramon Llul realizada por Gimferrer. "Llull es uno de los autores con los que me siento más identificado", indica Tàpies. "Era sabio, poeta, científico, escritor y también un hombre de acción". No siempre son libros con texto. De entre estos últimos, Cartes per a la Teresa (1974) es uno de los más bellos.