_
_
_
_
VISTO / OÍDO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Kafka, ante el petróleo

"Admito todos mis errores, aunque todavía no sé cuáles han sido", dice alguien que ocupa cargo de responsabilidad: como un personaje de Kafka en El proceso, o en El castillo. Aznar se acostó con todos los honores de su cargo y se despertó convertido en insecto: metamorfoseado, como Gregorio Samsa. Un ortóptero que apenas ha podido sobrevolar la mancha gallega. No supo Samsa por qué le perseguían con zapatillas. Ahora sabemos que Kafka era judío, que se sentía cucaracha cuando iba a la escuela alemana de Praga porque le despreciaban los arios; y él murió antes que sus compañeros, que irían a los campos de exterminio años después. Entonces, la maldad era de los otros, los asesinos. Aznar podría saber cuáles son sus delitos reales: le bastaría con leer a Ramírez, a Zarzalejos: a los suyos. Umbral le ayuda transido sin duda de compasión de hombre bueno, pero no es tiempo de umbrales: estamos al otro lado de la puerta. El vuelo de insecto torpe es otro error: pero los humanos llegamos a situaciones en las que todo lo que se haga está mal. Es la imagen agónica del personaje que tropieza en el primer escalón de la larga escalera que ha de bajar y va trastabillando, agarrándose el aire con brazos que se descoyuntan y al suelo con piernas que se arquean y estiran: al final se rompen la cara. Aznar y sus kafkianos tropezaron en el primer escalón y nunca más consiguieron el equilibrio. Aznar culpó a Gibraltar, porque no era bueno que aludiera a Satanás, al naviero, al último país que tocó el barco y al primero que se hizo la "foto demagógica"; mandó a su Primer Ciudadano mientras hablaba también contra las fotos demagógicas. Como Fraga, como Álvarez Monocascos, y Rajoy (pobre, qué sucesión se ha perdido, no sabe por qué) o Rato; y el propio Fraga, que trastabilla por la escalinata de las palabras incomprensibles.

Mal asunto. "Perdónales, Señor; no saben lo que hacen", dijo su señor refiriéndose a los que le mataban con crueldad y vileza. En este caso, el que no sabe lo que hace es el Señor sin anillos, y sus personajes que ya no son más que de películas de dibujos. Mientras en mar y tierra se desarrolla la tragedia que, cabeza bajo el ala, no pudieron ver.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_