60 toneladas de ayuda a Senegal
La caravana solidaria con África recorre más de 6.000 kilómetros
Más de 6.000 kilómetros, muchas horas de espera en las fronteras, un día encallados en el desierto. Tras dos semanas de viaje, la Caravana Solidaria al África Occidental 2002 llegó en la madrugada del pasado lunes a Thies, la segunda ciudad de Senegal. Los cinco camiones y cinco vehículos todoterreno cargados con material humanitario que integran el convoy tienen todavía por delante otra semana, durante la cual recorrerán el país para entregar material sanitario, educativo, y agrícola para proyectos de ONG catalanas. En total, sumando el material ya entregado en Marruecos y Mauritania, serán 60 toneladas.
La caravana, organizada con el apoyo logístico del Ayuntamiento de Barcelona y Barcelona Solidaria, ha pasado los últimos dos días entre Thies y Dakar, la capital, donde se han entregado unas 500 cajas de medicamentos, material sanitario, libros y ordenadores en escuelas y centros sanitarios en los que colaboran las asociaciones Incide, Col.lectiu per a la Igualtat en la Diversitat y Sunnugaal.
Para llegar hasta Senegal, la caravana ha recorrido la ruta transahariana que discurre por Marruecos, Sáhara occidental y Mauritania. Ha sido un viaje muy duro en el que ha habido que afrontar adversidades de todo tipo, según cuentan los 23 integrantes de la expedición. Fuertes lluvias y nieve en Granada, un sol infernal en el desierto y el peligro de cruzar una zona minada en la frontera entre Marruecos y Mauritania.
Con todo, el peor momento se produjo en el desierto de Mauritania, donde un banco de fango escondido bajo un palmo de arena sorprendió a los vehículos pesados.
Literalmente hundidos a más de un metro de profundidad en un mar de barro, fue necesario un día entero para sacarlos de la trampa. "Hubo momentos en los que pensábamos que no salíamos de allí". Esta es la frase que los participantes en la expedición repiten con más frecuencia desde su llegada al Senegal. Desencallar los vehículos del fango que nadie podía prever encontrar fue casi una epopeya.
Hubo que extraer la masa cenagosa con palas y limpiar los bajos y los ejes de los vehículos. Luego, llenar las roderas con arena seca y levantar los camiones con gatos. De esta forma, se logró disponer de un mínimo de superficie sólida donde apoyar las planchas sobre las que arrancaron los camiones, arrastrados por los vehículos ligeros.
Tras 24 horas, agotados, al salir del desierto todavía faltaba recorrer unos 200 kilómetros por el borde del Atlántico, con la marea baja, hasta llegar a la capital de Mauritania, a 300 kilómetros de la frontera con Senegal.
Tampoco allí las cosas fueron fáciles: tres horas más de espera en la aduana. Total, cuatro agotadoras jornadas para atravesar Mauritania.
Por fin, en la calurosa y caótica Dakar, la caravana entregó leche maternizada y ropa para bebés en una casa que acoge niños lactantes y libros para una biblioteca. El lunes, en Thies, el convoy entregó material sanitario al dispensario que atiende a los niños de la calle y a los chavales que estudian en escuelas coránicas, conocidos como talibés. El siguiente objetivo era llevar la caravana a Tambakounda, en el centro del país, desde donde debe distribuirse la ayuda dirigida a proyectos de desarrollo en zonas rurales.
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