La cúpula de la petrolera estatal dimite en medio del colapso del sector de la energía

La progresiva paralización de las refinerías y puertos del quinto exportador mundial de crudo, tras una semana de huelga general contra el presidente Hugo Chávez, cobró mayor gravedad después de la renuncia de cinco directores de Petróleos de Venezuela (PDVSA), de un total de ocho, y la advertencia del presidente de la compañía estatal, Alí Rodríguez, sobre posibles apagones en las ciudades y la previsible interrupción del suministro de gas doméstico. El Gobierno empezó a sustituir ayer a las tripulaciones de los buques cisterna en huelga por marinos mercantes jubilados y militares.

Sólo queda gasolina para dos o tres días, según afirman los huelguistas

La producción del único socio latinoamericano de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se redujo en torno al 14% porque la capacidad de almacenamiento quedó superada por las reservas estratégicas acumuladas en los almacenes y buques cisterna en huelga. "El golpe energético no derrocará a Chávez, aunque lleguen a paralizar la empresa", reiteró Rodríguez.

La militarizada Guardia Nacional se negó a transportar gasolina en localidades del interior, mientras el sector privado mantiene detenida su flota de remolcadores y embarcaciones de auxilio que colaboran en la distribución del crudo y el atraque de los grandes cargueros. La caída de las exportaciones de Petróleos de Venezuela, que aporta alrededor del 80% de las divisas que ingresa el país, y cuyas ventas significan aproximadamente la mitad del presupuesto nacional, impidió que la segunda petrolera del mundo en tamaño cumpliera sus compromisos con Estados Unidos, Europa y América Latina.

Una parte de la flota de buques cisterna de la compañía estatal se sumó a la protesta y ancló los barcos en el lago de Maracaibo y en otros canales de navegación. Un grupo de fiscales abordó el Pilin León, con 44 millones de litros de gasolina en sus depósitos, para intentar hacerse con el buque y retirarlo del lago de Maracaibo. "No los aceptamos. Queremos que vengan nuestros abogados", dijo telefónicamente uno de los tripulantes.

El grueso de los ejecutivos de PDVSA, cuya colaboración es imprescindible para garantizar el funcionamiento normal de toda la cadena de procesamiento del crudo, se adhirió a la huelga desde el primer día. Cuatro directores de la petrolera renunciaron el viernes como protesta por el nombramiento de un nuevo director general que consideran politizado. "El paro aumenta y sólo hay gasolina para dos o tres días más", celebraron portavoces de los huelguistas.

Venezuela es el quinto exportador mundial de crudo petrolífero, con una producción de unos tres millones de barriles diarios, y el principal suministrador de Estados Unidos, con Arabia Saudí y México. "La producción se está reduciendo en el occidente y oriente del país y se están colapsando las refinerías", informó Juan Fernández, gerente de planificación, en paro, de la gigantesca compañía estatal, valorada en 130.000 millones de dólares, según cálculos de analistas financieros. "Es urgente que la mesa de negociación política se reanude".

La huelga general comenzada el pasado lunes paraliza parcialmente un país con el 80% de sus habitantes en la pobreza, pero se centra fundamentalmente en el sector petrolero, punta de lanza de la protesta política. El Gobierno ha denunciando "el sabotaje" del principal patrimonio de los venezolanos y ha reconocido que debió reducir sus volúmenes de producción. "Estamos hablando de 500.000 barriles de crudo", informó el ministro de Energía, Rafael Ramírez.

La oposición habla de un millón de barriles diarios que no pueden ser exportados. Venezuela produce tres millones de barriles de petróleo por día y abastece el 13% de las importaciones de crudo de Estados Unidos. La interrupción del flujo del crudo venezolano ocurre cuando el almacenamiento crudo en Estados Unidos está casi un 10% por debajo de su promedio en cinco años.

Estados Unidos -que se prepara para un eventual ataque militar contra Irak- y Europa, ante las negativas consecuencias en el suministro de crudo, aumentaron la demanda de combustible de calefacción. La actividad de procesamiento en el mayor complejo refinero del hemisferio occidental -las plantas de Amuay-Cardón, con capacidad para procesar un millón debarriles por día- se redujo al mínimo operativo ante la caída de los suministros de gas natural del área del lago de Maracaibo.

La distribución del gas doméstico, que consumen nueve de cada diez familias venezolanas en bombonas, no corre peligro de momento, según los expertos. El suministro de bombonas está ligado al funcionamiento de varias plantas, cuya paralización es parcial.

El presidente de Fenegás, Juan José Vaquero, dijo que en algunas poblaciones el 60% de las gasolineras "están secas". Venezuela dispone de 1.800 gasolineras, que venden 42 millones de litros al día. El Instituto Autónomo Aeropuerto Internacional de Maiquetía dispone de combustible para aviones al menos para 14 días, según su director, José Vielma.

No obstante, el presidente de PDVSA avisó sobre las consecuencias últimas de un paro que ha colocado al Gobierno contra las cuerdas. "Esto es una bola de nieve que han echado a rodar y no sé si podrán detenerla", dijo.