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Primer debate monográfico sobre el desastre en el Congreso | CATÁSTROFE ECOLÓGICA EN GALICIA

Zapatero acusa al Gobierno de "negar la marea negra como negó la huelga general"

Rajoy critica la "deslealtad" del dirigente socialista por rentabilizar electoralmente el desastre

La marea negra enlodó el primer gran debate parlamentario entre el Gobierno y la oposición sobre la catástrofe ecológica del Prestige. El líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, acusó al vicepresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de "desinformar", de "ocultar la evidencia" y de haber "negado la marea negra como hace unos meses negó que existiera la huelga general". El vicepresidente Mariano Rajoy admitió que no ha querido generar alarma y tensión y acusó al líder socialista de haber alimentado esa alarma para "rentabilizar la catástrofe", lo que denota "deslealtad" y "falta de patriotismo".

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Zapatero reclamó a Rajoy que pidiera "disculpas", pues si el Gobierno rectifica, el PSOE le apoyará. El vicepresidente replicó que quien tiene que pedir perdón es el PSOE por "utilizar políticamente la desgracia de Galicia".

"La gestión de la crisis que ha realizado el Gobierno ha sido lamentable", sentenció Zapatero para apostillar: "Nosotros lo habríamos hecho mejor porque peor es imposible".

"Eso no es más que un eslogan, un discurso vacío", le replicó Rajoy para preguntarle: "¿Usted qué habría hecho? ¿Tiene usted alguna idea?".

Así arrancó ayer el debate entre el líder de la oposición y el vicepresidente primero cuando ya había avanzado la tarde y después de que Rajoy consumiera dos horas largas en detallar, de forma tan exhaustiva como tediosa, todos los pasos seguidos por el Gobierno desde el 13 de noviembre, cuando el Prestige dio la primera alarma por una vía de agua abierta en su casco. El vicepresidente no esgrimió, a lo largo de su intervención, el estilo irónico que le caracteriza, salvo cuando espetó a un parlamentario: "¿No querrá usted que yo me ponga de vuelta y media a mí mismo". Optó por un tono grave y duro con su adversario socialista.

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Rodríguez Zapatero, que optó por la ofensiva desde el comienzo de su intervención, detalló una decena de errores que, a juicio del PSOE, ha cometido el Gobierno. Entre ellos, destacó tres: "Ustedes han negado la evidencia"; ha habido "una palmaria insuficiencia de medios" y una "incapacidad de respuesta por falta de coordinación".

Como ejemplo de esa estrategia de "negar la evidencia", Zapatero subrayó que Rajoy no utilizó en ningún momento de su intervención la expresión "marea negra" para definir la avalancha de fuel que invade las costas de Galicia. Prefirió hablar de "manchas grandes y pequeñas". Zapatero le demandó que "llamara a las cosas por su nombre".

La clave de la conducta del Gobierno ante esta crisis la dio Rajoy al responderle: "He querido hacer un discurso equilibrado, sin especular. No he querido generar alarma y tensión". Zapatero había censurado la "desinformación dada por el Ejecutivo"poniendo como ejemplo numerosas y contradictorias declaraciones de ministros y del propio Rajoy desde el día 16, en las que se minusvaloraba la gravedad del siniestro.

Ésta fue la única cuestión que el vicepresidente admitió implícitamente. El Gobierno ha minimizado la gravedad de la crisis para no acentuar la alarma social que, según Rajoy, sí alimentó el PSOE con la crisis del Mar Egeo.

El vicepresidente insistió por enésima vez desde hace tres semanas en la deficiente gestión socialista tras el hundimiento del petrolero Mar Egeo a las puertas de A Coruña como prueba irrefutable de que el Gobierno del PP lo hace mejor. La bancada socialista recibió estas explicaciones con sonoros abucheos y exclamaciones de este estilo: "¡Seguro que el capital del barco era socialista!".

El debate no era sobre el Mar Egeo, sino sobre el Prestige, y aquí Zapatero reprochó al Gobierno que "lanzara el buque no se sabe dónde ni por qué, y sin tener el respaldo de informes técnicos escritos".

Rajoy se indignó. Recordó las tres posibles medidas que estudió el Gobierno: alejar el petrolero, bombardearlo con napalm o llevarlo a puerto. Y justificó que la "menos mala" era alejarlo y que así se lo recomendaron verbalmente, porque no había tiempo que perder, todos los técnicos: "¿Qué habría hecho usted? ¿Habría hecho algo?", espetó Rajoy a Zapatero.

El dirigente socialista replicó que el Gobierno debería haber tenido un "protocolo" de actuación para afrontar este tipo de catástrofes, así como más "medios materiales" para paliarlas si se producen. En la réplica, Rajoy aseguró que "siempre faltan medios" pero que ahora hay más que en 1996, lo que desató una carcajada general de los socialistas.

La deslealtad, el patriotismo y la solidaridad con Galicia también concentraron buena parte de los ataques mutuos. El líder socialista negó las acusaciones de deslealtad que desde hace diez días le propina el Ejecutivo. Recordó su capacidad de pacto, por ejemplo, en la lucha antiterrorista. "Muy mal tiene que estar el PSOE si tiene que recurrir al Pacto Antiterrorista y a la huelga general como argumentos", le reprochó después Rajoy.

Zapatero concluyó su discurso pidiendo una rectificación al Gobierno: "Pida disculpas por el abandono en que se han sentido tantos gallegos", le espetó. Si lo hace, aventuró Zapatero, si "rectifica a fondo, tendrá todo el apoyo del PSOE. Si no, tendrá toda la crítica".

El vicepresidente le respondió airado: "Si yo creyera que debía de pedir disculpas, no tendría que esperar a que me lo dijese usted". Y le devolvió la pelota: "Pida disculpas usted y su partido por haber utilizado en su propio beneficio político este asunto".

Tras Zapatero, el líder de IU, Gaspar Llamazares, aseguró que del Prestige hundido "sale fuel a borbotones". Rajoy le respondió que "salen unos hilitos". Llamazares reclamó al Gobierno si su actuación con el Prestige tiene algo que ver con la buena relación del Gobierno con los empresarios de empresas petroleras, con los que incluso se van de cacería.

El portavoz del BNG, Francisco Rodríguez, denunció la "insensibilidad del Gobierno", reprobó al presidente del Ejecutivo y pidió la dimisión de los ministros implicados en la gestión de la catástrofe del Prestige.

Un voluntario descansa tras recoger fuel en Santa María de Oia.
Un voluntario descansa tras recoger fuel en Santa María de Oia.EFE

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