El hostigamiento a Schröder abre una crisis en la oposición
La CDU, dividida sobre la investigación parlamentaria al canciller por estafa electoral
En su afán por acorralar al Gobierno rojiverde de Gerhard Schröder, los conservadores alemanes de la CDU han acabado por abrir una crisis en sus filas. Cada vez más dirigentes del partido consideran que la comisión parlamentaria que investigará al canciller por "estafa electoral" es una decisión desgraciada que rompe con la tradición de respeto político en Alemania y que les puede costar muy caro. Ante las críticas, la presidenta del partido, Angela Merkel, tuvo que llamar ayer al orden a los diputados rebeldes. La comisión arranca esta semana.
Por primera vez en la historia de Alemania, una comisión del Bundestag (Parlamento) investigará a un canciller en activo por "estafa electoral". Los diputados democristianos quieren encontrar documentos que prueben que Schröder y su ministro de Finanzas, Hans Eichel, sabían con todo detalle, antes de las elecciones de septiembre pasado, que la situación financiera del país era pavorosa. Ambos, según la oposición, ocultaron a los ciudadanos la gravedad de la crisis con tal de ganar los comicios. Pero la aparente unidad con la que la CDU se lanzó a la batalla, cuyo objetivo último es lograr la dimisión de Schröder o de Eichel, se ha resquebrajado.
Un alto dirigente de la CDU declaró, bajo promesa de anonimato, al Frankfürter Allgemeine Zeitung que el descontento y el nerviosismo están alcanzando niveles alarmantes en el partido. "Nadie está entusiasmado, pero la consigna es apretar los dientes y mostrar lealtad. Si hubiésemos podido votar, no habría habido mayoría para la comisión de investigación". Uno de los vicepresidentes del partido, Christoph Wulf, también se ha mostrado en contra.
Pese a todas las críticas, la Ejecutiva de la CDU impuso ayer su voluntad de seguir adelante con el plan. Por la noche estaba previsto que el grupo parlamentario hiciese lo propio. Y el jueves se vota en el pleno. Dado que la Constitución alemana prevé que se pueda constituir una comisión de investigación con sólo un 25% de votos favorables, se da por hecho su aprobación.
Romper un tabú político
La decisión rompe un tabú en la historia política del país. Pese a la facilidad con la que se pueden formar comisiones de investigación en el Bundestag, los políticos alemanes han utilizado este instrumento de forma restringida y responsable. Por ello, los observadores independientes consideran que la CDU está haciendo uso de un arma reservada para asuntos más graves y no para dirimir a posteriori unas elecciones perdidas.
Algunos dirigentes del partido albergan temores más delicados. La comisión podría tener un efecto de ida y vuelta en caso de que, en el curso de la investigación, quedase al descubierto que altos funcionarios del Estado, miembros de la CDU, también tuvieron acceso a documentos que probaban el descalabro financiero que se avecinaba.
Algo de eso sugirió ayer Eichel cuando declaró de forma críptica que la comisión va a ser "muy entretenida". Menos irónico, Schröder la descalificó con dos palabras: "Un jaleo". El canciller criticó "la creciente difamación del adversario político" que se está produciendo en Alemania y se mostró confiado en salir airoso.
Consigan o no las cabezas de Schröder o de Eichel, los conservadores tienen un objetivo más inmediato: convertir en un plebiscito contra el canciller las elecciones regionales que se celebran el 2 de febrero en dos Estados clave. En Hesse gobierna la CDU. Y en Baja Sajonia, el Estado natal de Schröder, los socialdemócratas del SPD. Con la comisión de investigación a pleno rendimiento, Merkel y el candidato conservador derrotado, Edmund Stoiber (CSU), confían en lograr un triunfo histórico en ambas regiones.
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