Sanidad forma mediadores para prevenir el sida entre los inmigrantes

Doce educadores marroquíes, latinoamericanos y subsaharianos han recorrido durante este año los locutorios, bodegas, peluquerías y asociaciones donde se reúnen sus compatriotas en Madrid para informarles sobre la prevención del sida. Trabajan en un proyecto del Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Sanidad, que consiste en formar a inmigrantes para que desarrollen campañas sobre la infección en sus comunidades.

Lucía Mazarrasa, una de las responsables del programa, destaca el papel de estos mediadores, "porque ellos llegan mejor a su gente que cualquier sanitario".

"Te ven como uno de los suyos y se sueltan más a preguntarte", explica Ana Céspedes, dominicana de 48 años que vive en Madrid desde hace doce. Ella y los otros mediadores han llevado su mensaje sobre el sida a 800 inmigrantes desde enero hasta septiembre.

"La respuesta de la mayoría ha sido muy positiva, sólo he encontrado reticencias en los ecuatorianos, quizá por timidez o por vergüenza para tratar estas cosas. Los colombianos y argentinos están más educaditos sobre el tema que nosotros, los dominicanos", asegura Céspedes.

En estos meses, esta mujer y sus compañeros han realizado talleres sobre qué es el VIH, cómo se previene y sobre el buen uso de los preservativos, tanto en asociaciones de inmigrantes como en otros lugares: plazas, peluqurías, bodegas o locutorios.

"En la comunidad dominicana los jóvenes que estudian están mejor informados, pero entre los adultos hay reticencias al uso del preservativo. A veces te encuentras a mujeres que, aun sabiendo que su compañero tiene otras parejas, prefieren no plantear el tema porque es como admitir esa infidelidad", asegura Céspedes, que va a continuar con su tarea divulgativa a través de la ONG Proyecto Cultura y Solidaridad, de la que es miembro.

El objetivo de este programa de mediación es demostrar que las campañas preventivas en temas de salud dirigidas a inmigrantes son más eficaces si se cuenta con miembros formados de sus comunidades. Así lo aseguran Lucía Mazarrasa y Maribel Blázquez, las dos responsables del proyecto en la Escuela Nacional de Salud del Instituto Carlos III.

"Nuestra labor es investigar, ahora corresponde a las instituciones encargadas de la red asistencial ver si les interesa desarrollar este modelo", afirman. Ambas investigadoras destacan que este trabajo también ha servido para que el Plan Nacional sobre el Sida ofrezca datos sobre cómo afecta la infección a la población inmigrante afincada en España.

De los 58.091 casos de sida declarados en España desde el comienzo de la epidemia hasta junio de 2000, sólo un 1,9% eran personas de otros países, según los datos del plan publicados en sus boletines epidemiológicos.

"En algunas comunidades, como la africana, un buen número de casos se han diagnosticado cuando ya la enfermedad estaba muy avanzada, por eso es importante insistir en la prevención", asegura Mazarrasa. "Hay quien piensa que los inmigrantes llegan con enfermedades muy raras cuando lo habitual es que tengan las mismas que los españoles. El problema es que conocen menos el sistema sanitario de aquí y que tienen otros hábitos de salud, por eso es importante contar con interlocutores válidos para llegar a ellos", añade.

Con la población africana, el Instituto ha puesto en marcha desde 1999 otro proyecto, ya de ámbito europeo, que consiste en formar a miembros de las asociaciones de subsaharianos para que transmitan a sus compatriotas una información adecuada sobre el VIH. El Club Social Kie-ntém, creado en 1997 por un grupo de ecuatoguineanos, es una de las asociaciones de africanos que han participado en la experiencia.